PROVIDENCE, RI. - La llamada “nueva normalidad” impuesta por la crisis sanitaria causada por el COVID-19, ha obligado a los negocios a transformarse para poder seguir operando. Por un lado, están obligados a ajustarse a las regulaciones impuestas por los organismos de salud y autoridades nacionales y estatales, pero también están llamados a cumplir con la responsabilidad de proteger la salud de su personal, clientes y de toda la comunidad.

Acontecer Latino conversó con dueños de negocios hispanos en Providence, los cuales han hecho reajustes que van desde reducción de personal, aumento de precios, cambios en el horario, rediseño de sus estructuras físicas y adición de nuevos componentes para propiciar el distanciamiento social.

La empresa de transporte Barahona Express, que tiene terminales en Providence y en la ciudad de New York, es uno de los negocios hispanos locales que han tenido que realizar cambios significativos en sus servicios para ajustarse a este tiempo de pandemia. La compañía redujo sus viajes a la ciudad de Nueva York en casi un 50 por ciento, aumentó el precio del pasaje (para subir a su vez el sueldo a su personal), contrató un servicio especial para desinfectar sus unidades y adquirió escáneres para la detección de fiebre, uno de los principales síntomas asociados con el coronavirus. También exige el uso de mascarillas.

“La reacción de los clientes a estos cambios ha sido variada”, explicó Berlin Chevalier, copropietario de Barahona Express. “Hay personas que los aceptan, otros no quieren ni que le monten a nadie a su lado, en un asiento de tres pasajeros; hay personas que no quieren ponerse la mascarilla y lamentablemente hemos tenido que bajarlas del vehículo, lo cual ha traído muchos inconvenientes. Cuando viajan familias tratamos de que se sienten juntos. Se han presentado situaciones donde tenemos catorce pasajeros y hemos tenido que dividirlos en dos vehículos. Hemos tenido que reestructurar todo, desde la mercadotecnia, la manera de operar, concientizar a los choferes, despachadores, pasajeros y la situación es sumamente delicada. Esperamos en Dios que encuentren pronto una cura que pueda aliviar esta situación”.

La Gran Parada

El Restaurante La Gran Parada, de Providence, ha tenido también que aplicar múltiples medidas, según indicó su propietario, Manuel Delgado. “El primer ajuste que tuvimos que hacer fue recortar la mitad de los empleados que teníamos y elegir a los que podían hacer más de un trabajo, para ahorrar costos de producción. Esto nos ha hecho sentir mal, porque nos vimos forzados a elegir sobre empleados que eran más antiguos en el negocio, pero que sabían hacer solo una cosa, y quedarnos con otros que, siendo más nuevos, tenían la posibilidad de hacer varias tareas”, explicó. El restaurante tuvo que aumentar los precios, al ver dispararse sus costos de producción. “Tuvimos que subirle a la comida y es muy penoso; y aun así, cuando no empatamos, perdemos, porque, por ejemplo, el precio de la carne de res que era a 2.59 ahora es 6.79 por libra, porque la compañía que nos suple esa carne se vio en la situación de que a todo su personal le dio el COVID-19. Es un proceso bien difícil el que estamos atravesando los negocios. Definitivamente habrá un antes y un después para todos nosotros”.

Otras medidas que tomó La Gran Parada fueron disminuir el personal en el área de servicio de la comida, disponer un horario extendido en la cocina, designar una persona en la puerta para controlar el flujo de clientes, habilitar una puerta de salida adicional, comprar grandes cantidades de mascarillas para proveerlas a los clientes que llegan sin una al establecimiento. El restaurante solo está vendiendo comida para llevar.

Nueva Era

“Sin lugar a dudas que esto ha afectado a todos y nosotros no somos la excepción”, comenta Valery Alfonso Blanco Reyes, copropietario del Supermercado Nueva Era, en la Cranston Street. “Al principio la gente se iba molesta porque tenía que hacer una fila afuera, porque no estábamos acostumbrados a eso, pero con el paso de los días este COVID se ha convertido en una realidad mundial. La gente tuvo que acostumbrarse a las regulaciones que la ciudad y el estado implementaron. Pienso que la peor parte pasó, pero seguimos manteniendo los protocolos”. El negocio designó a una persona para velar por que se cumpla el límite de clientes dentro del local correspondiente a cada fase (primero eran cinco personas, ahora son 15). También redujo su personal y su horario de servicio, colocó marcas y divisiones para mantener la distancia social. La venta de comida en el área del restaurante, por ejemplo, ha sufrido una baja, debido a que la gente ahora está cocinando más en su casa.

Mi Quisqueya

El supermercado Mi Quisqueya ha aplicado muchas de las medidas ya enumeradas, pero adicionalmente colocó carpas para proteger a los clientes que hacen fila afuera, y diseñó un plan de emergencia en caso de que haya un brote, en cumplimiento de las regulaciones del Departamento de Salud del estado, según indicó su propietario Antonio Valdez. Además, lleva un registro de cada vez que se limpia y se sanea el negocio, se chequea la temperatura a los empleados. En cuanto al ritmo de ventas, el negocio se ha mantenido dentro de la normalidad, y su propietario agradece tener la posibilidad de dar respuesta a la demanda de artículos esenciales por parte de la comunidad.

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NEWPORT, RI - BankNewport anunció el nombramiento de Carmen Díaz-Jusino como Vicepresidenta, Oficial de Desarrollo Comunitario de esta institución bancaria. En su nuevo puesto, Díaz-Jusino será responsable de desarrollar, implementar y administrar muchos aspectos estratégicos del Programa de la Ley de Reinversión Comunitaria del Banco, a través de relaciones bancarias con organizaciones comunitarias, de caridad y sin fines de lucro. También será responsable de establecer oportunidades para satisfacer las necesidades de préstamos para comunidades, negocios y clientes de ingresos bajos y moderados.

"Estamos muy contentos de darle la bienvenida a Carmen a BankNewport", dijo Paul Marchetti, Senior Vicepresidente/Director de Crédito y de Riesgos Empresariales. "Su experiencia en liderazgo cívico es impresionante y servirá bien a nuestro equipo a medida que continuamos aumentando nuestro compromiso de apoyar a las poblaciones en desventaja".

Más recientemente, Díaz-Jusino fue Oficial de la Iniciativa Estratégica-Seguridad Económica en la Fundación de Rhode Island, responsable de dirigir las actividades de la Fundación y la concesión de subvenciones para la seguridad económica. Antes de eso, Carmen trabajó en numerosos roles durante 12 años en el Center for Women & Enterprise (CWE por sus siglas en ingles), más recientemente como Vicepresidenta de Programas y Desarrollo Comunitario.

Nativa de la República Dominicana, Díaz-Jusino tiene una Licenciatura en Psicología de la Universidad del Caribe, un Asociado en Artes en Estudios Sociales del Rhode Island Community College y una Maestría en Ciencias en Gestión Organizacional y Liderazgo de Springfield College.

Fue presidenta de la Junta Directiva del Economic Progress Institute, el RI Latino Civic Fund y la Comisión para la Empresa Comercial de Minorías y Mujeres (MWBE por sus siglas en ingles) de la Ciudad de Providence. También se desempeñó como Comisionada de la Comisión de Mujeres de Rhode Island, y formó parte de la junta del Women’s Fund of Rhode Island, el Consejo de las Artes del Estado de Rhode Island, la Corporación de Desarrollo Económico del Sureste (SEED), United Way of Rhode Island, y la Asociación Nacional de Centros Empresariales de Mujeres.

Díaz-Jusino actualmente reside en Providence con su esposo Luis. Tienen dos hijos adultos.

Sobre BankNewport

Fundado en 1819 y con sede en Newport, BankNewport ofrece un conjunto completo de productos y servicios de préstamos y depósitos para familias y empresas en todo Rhode Island. Con $ 1.7 billones en activos, BankNewport es uno de los bancos comunitarios más antiguos de los Estados Unidos, y como organización mutua, está comprometido con el éxito financiero de sus clientes, empleados y comunidades. BankNewport tiene 18 sucursales, con oficinas de préstamos comerciales en Cumberland y Providence.

Las líneas comerciales de BankNewport incluyen OceanPoint Marine Lending, que se especializa en programas de financiación de vehículos marinos y recreativos para el consumidor, y OceanPoint Insurance, una agencia de seguros independiente de Trusted Choice, que ofrece una amplia gama de productos de seguros contra daños a la propiedad, incluidos servicios financieros y productos de seguros relacionados con la marina.

 

 

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BRONX, New York.- Aprender a decorar con globos se convierte en una oportunidad de emprendimiento para unas 22 mujeres capacitadas en el taller “Sueña y Emprende 2020”, auspiciado en esta ciudad por la organización Sweet Events.

Las participantes mostraron su satisfacción y agradecimiento a su facilitadora Albanerys González, directora de la entidad patrocinadora, por darles la oportunidad de especializarse en un oficio que les permitirá, no solo lograr la independencia económica, sino además establecer su propio negocio.

En la actividad, llevada a cabo en el Salón de Eventos del Restaurant Bestia Kitchen, participaron también las instructoras Ányela Santos, de @ideal.events.phl, Evelin Romero de @gbmeventsplanning y Pilar Mendoza de @genesisballoonsanddecorations.

Durante la clausura, previo a la entrega de certificados, la señora González manifestó a las participantes que “todos podemos ser emprendedores, pero los verdaderos se definen más por su mentalidad y el hecho de aprovechar las oportunidades".

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La Cámara de Comercio Hispana de Rhode Island calificó de “insultante” y “sin fundamento” la decisión del estado de Rhode Island de dejar fuera de proyectos de construcción valorados en $34 millones de dólares a todos los contratistas de minorías que fungen como suplidores del estado en ese ramo, a pesar de que éstos cumplen los requisitos de calidad y capacidad, y en violación a preceptos legales que establecen una cuota de participación de un 10% para este sector.

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Manuel Batista, nuevo propietario del establecimiento en la ciudad de Providence, habla sobre los planes que tiene el negocio bajo su administración

 

PROVIDENCE, RI. – Dedicación, trabajo y empeño han sido la base del éxito en los negocios de Manuel Batista, empresario dominicano, de 40 años de edad, quien después de haberse iniciado como trabajador de carnicería en un establecimiento comercial, hoy es el dueño de un grupo de seis supermercados y restaurantes en Massachussets y Rhode Island.

       Residente en la ciudad de Lawrence, donde se concentra la mayor parte de sus empresas, Batista ha entrado a formar parte recientemente de la comunidad de negocios de Providence, después de que adquirió aquí la tienda de alimentos Armando & Sons Meat Market.

       Batista compró el establecimiento al empresario puertorriqueño Armando Nieves, después de una negociación que se prolongó por alrededor de un año. Nieves falleció de manera inesperada el pasado mes de octubre, sorprendiendo a sus familiares y allegados, así como a la amplia legión de clientes que durante años fue fiel a sus tiendas en Providence y Pawtucket.

        Visiblemente afectado, Batista expresó su pesar por el inesperado fallecimiento de Nieves a quien le unía una relación no solo comercial, sino también de amistad. Dijo que el empresario puertorriqueño fue su suplidor de carnes por mucho tiempo, pero era también una persona a quien admiraba y apreciaba, porque siempre estaba dispuesto a dar un buen consejo o enseñanza.

 Sus inicios

      Desde el año 2004 y por espacio de cinco años Batista trabajó en carnicería para la compañía Market Basket, hasta que en el 2009 adquirió junto a su hermano Amable Batista lo que antes fue Junior Super Market, en Lawrence, Massachusetts.

      “Siempre tuve las aspiraciones de tener mi propio negocio, así que, cuando se dio la oportunidad, lo compré con mi hermano, y de ahí para adelante adquirimos otro, y ya gracias a Dios nos hemos podido expandir. En Lawrence tenemos cinco negocios, gracias a Dios, entre supermercados y Restaurantes”, dijo Batista,

     Adelantó que tiene planes de atraer más a la comunidad latina a su negocio en Providence y que entre sus proyectos está proveer servicio a domicilio empezando en enero próximo, y ampliar el horario, a partir de marzo.

     Por ahora no está entre sus objetivos cambiar el nombre del negocio, cuya administración representa para él un gran compromiso.

“Para mi es un gran desafío, porque Armando fue una gran persona, un líder, lo menos que podemos es tirar ese nombre por el piso. El negocio seguirá con su mismo nombre para recordarlo como lo que él fue: un trabajador incansable. Ese legado tiene que permanecer vivo”.

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Administrado por su propietario, Manuel Delgado, La Gran Parada es un ícono entre los restaurantes de comida criolla dominicana en la capital de Rhode Island, marcando una diferencia dentro de los negocios de su tipo en el área.

PROVIDENCE, RI.- Anclado en el corazón de la Broad Street, una de las calles más populosas de esta ciudad, se encuentra el Restaurante La Gran Parada, un símbolo de tradición familiar que se ha mantenido a través del tiempo en el gusto de su clientela.

Administrado por su propietario, Manuel Delgado, La Gran Parada es un ícono entre los restaurantes de comida criolla dominicana en la capital de Rhode Island. Desde su fachada y diseño exterior hasta su distribución y decoración interna, el establecimiento marca una diferencia dentro de los negocios de su tipo en el área.

“Con la experiencia que yo había adquirido, trabajando en restaurantes en Nueva York, yo tuve la idea de hacer algo diferente aquí en la Broad”, explica Delgado, dominicano, oriundo de Santiago de Los Caballeros, que llegó a vivir a Providence en 1987.

Su papá, Fabio Delgado, fue el primero en abrir el restaurante, en 1985. Luego de trabajar a su lado por varios años, Manuel adquirió la empresa cuando su padre decidió retirarse del negocio, en 1995. Su gran orgullo hoy en día es decir que la Gran Parada se distingue, sobre todo, por su sazón, y en este sentido le da todo el crédito a su cocinera estrella, doña Carmen Valdez, a quien llama cariñosamente “gerente de la cocina”, y quien ha laborado en este negocio por espacio de 15 años. “Ella es más que una empleada. Es como mi familia”, dice Delgado, con firmeza, al tiempo de destacar que el restaurante basa su comida en condimentos naturales.

Evolución

La bonanza del presente es producto del trabajo duro del pasado. El restaurante comenzó con algunas mesas en un reducido espacio y a través de los años ha ido creciendo hasta convertirse en lo que es hoy, un concurrido lugar de expendio de alimentos para el cual laboran unas 24 personas.

Aunque sabe que tiene una clientela fiel –como Eddy Severino, para citar solo un caso, que ha comido aquí día tras día durante casi 30 años- La Gran Parada no se duerme en sus laureles. El restaurante ha introducido variaciones en su menú para ampliar su oferta, creó un sitio web desde el cual se podrá hacer órdenes en línea. También ha modernizado su central telefónica para mejorar el servicio de pedidos y trabaja diariamente en elevar la calidad de su atención al cliente, consciente de que, debido a la gran demanda de pedidos cada día, es usual que se formen largas líneas dentro del restaurante, un área de mejora en la que ya empezó a hacer ajustes.

Dentro de sus planes a futuro en el mediano y largo plazo están tomar las órdenes en las mesas, y crear un patio español para servir las comidas al fresco durante las temporadas cálidas. “Nuestra meta es mantener a nuestros clientes complacidos. Tratamos de darles siempre todo lo mejor”, sostiene Delgado.

Determinación

Delgado refiere que está “extremadamente orgulloso” del crecimiento que ha tenido su negocio, y agradece el apoyo de la comunidad, que mantiene su preferencia por la variedad de platos que ofrece su restaurante. Narra que comenzó a trabajar en el mundo de la gastronomía a la edad de 14 años, laborando en un restaurante irlandés, en la ciudad de Nueva York.

Fue allí donde adquirió conocimientos en todo lo relacionado con el manejo de este tipo de actividad comercial, siendo las compras el área donde más se desarrolló, lo que luego le serviría de plataforma para iniciar su propio negocio. El empresario recuerda que cuando se le presentó la oportunidad de adquirir el negocio, después de trabajar por varios años, lo compró sin dudarlo, invirtiendo en ello todos sus ahorros.

Como todo comienzo, al principio no fue fácil, especialmente porque se enfrentó al desafío de echar hacia adelante un negocio con deudas y sin liquidez monetaria. En esas circunstancias, se vio obligado a solicitar crédito y refiere con gratitud que las primeras mercancías las tomó a crédito en Quisqueya Market y Quality Beef.

Siempre tratando de innovar en el negocio de la comida criolla hispana, y a pesar de que tenía pocos recursos, Delgado dice que pudo hacerle algunas remodelaciones al negocio. Contrató más empleados y diversificó y amplió su menú, incluyendo una variedad de platos con precios asequibles. Con muchos sacrificios personales las cosas fueron cambiando económicamente para él, hasta que pudo comprar el edificio donde hoy funciona el restaurante.

En definitiva, la historia de La Gran Parada Restaurant es un testimonio de determinación, fe, disciplina, y trabajo arduo, tanto para Manuel Delgado, como para todas las personas que han pasado por el restaurante, y no hay nada mejor que eso para él, según sus propias palabras.
 

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