En las ciudades sirias arrasadas por la guerra ya apenas quedan médicos.
En zonas como Guta, cerca de Damasco, la Organización Mundial de la Salud (OMS) estima que el 90% del personal médico se fue.
La violencia también truncó los sueños de los jóvenes que aspiraban a convertirse en la siguiente generación de médicos: muchos fueron desplazados e interrumpieron sus estudios. Para otros ir a clase dejó de ser seguro.
Pero dos hermanos doctores que pasaron por una situación similar en su infancia durante la guerra entre Iraq e Irán, hace tres décadas, están dispuestos a reparar parte de los estragos del conflicto en Siria.
Arash y Kamiar Alaei, al frente del Instituto Global para la Salud y los Derechos Humanos de la Universidad de Albany, en Nueva York, pusieron en marcha un proyecto voluntario y gratuito de educación a distancia para los estudiantes sirios desplazados.
Cuando lo lanzaron, en junio de 2016, tenían 320 estudiantes registrados. Hoy cuentan con 500, según le dijeron estos doctores de origen iraní a BBC Mundo.
Se conectan cuando pueden desde lugares remotos de Siria, así como Turquía y Líbano, adonde fueron desplazados. Y el 60% son mujeres.
Pero sus identidades y sus ubicaciones exactas se mantienen en secreto por motivos de seguridad.
Aislados, a escondidas y entre escombros: así estudian medicina los jóvenes de Siria acorralados por la guerra
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