Washington/Miami, 22 de enero (EFE).- Inaugurando la que se anticipa como una nueva era en la Casa Blanca, el presidente Joe Biden cumplió su promesa electoral de presentar en su primer día de mandato un amplio proyecto de ley de inmigración que incluye una vía a la ciudadanía para unos 11 millones de indocumentados en el país.
Tras cuatro años de mano dura contra los inmigrantes del saliente mandatario, Donald Trump, el equipo de transición de Biden anunció este miércoles los detalles del proyecto de ley que el demócrata envía hoy mismo al Congreso como parte de su compromiso de "modernizar" el sistema de inmigración, denominado "Ley de Ciudadanía de EE.UU. de 2021".
La iniciativa, que deberá recibir al visto bueno de ambas cámaras legislativas, dominadas por los demócratas, pretende administrar y proteger de "manera responsable" la frontera, mantener a "familias y comunidades seguras y administrar mejor la migración en todo el hemisferio", señaló un comunicado.
De ser aprobado, el proyecto legislativo de Biden supondría la mayor reforma migratoria desde el Gobierno del republicano Ronald Reagan (1981-1989), que legalizó a 3 millones de indocumentados en 1986.
CIUDADANÍA, UN ANHELO DE AÑOS
No en vano, y como su nombre indica, su punto clave es ofrecer una vía a la ciudadanía en 8 años a los 11 millones de inmigrantes indocumentados que se calcula que viven en EE.UU.
Los inmigrantes podrán conseguir un estatus legal temporal que les dará la opción de alcanzar 5 años después el permiso de residencia ("green card" o tarjeta verde) , si cumplen una serie de requisitos como carecer de antecedentes penales y pagar sus impuestos.
Pero un importante grupo de ellos, los menores que llegaron al país siendo niños de la mano de sus padres, también indocumentados y conocidos como "soñadores", así como los amparados por el Estatus de Protección Temporal (TPS), en su mayoría centroamericanos, y los trabajadores agrícolas inmigrantes podrán aspirar a una residencia legal de "inmediato" y 3 años más tarde a la ciudadanía, destacó la nota.
Para evitar una avalancha de inmigrantes, el proyecto de ley establece que esta medida afectaría a los inmigrantes que estén "físicamente presentes en Estados Unidos el 1 de enero de 2021 o antes".
Los deportados durante la Presidencia de Trump, desde el 20 de enero de 2017, y que estuvieron físicamente presentes durante al menos tres años antes de la expulsión pueden solicitar el mismo beneficio por "unidad familiar y otros fines humanitarios", pero ya ese proceso dependerá del Departamento de Seguridad Nacional (DHS, en inglés), para el que Biden ha nominado al cubano-estadounidense Alejandro Mayorkas.
En su audiencia de confirmación ante el Senado este lunes, Mayorkas puntualizó que se concederá la ciudadanía a "los individuos que han estado en el país durante muchos años, que han contribuido a nuestras comunidades y a la prosperidad económica de la nación".
El senador demócrata Bob Menendez anunció este mismo miércoles que encabezará el esfuerzo legislativo en la Cámara Alta por la aprobación de este proyecto de ley y lo presentará a sus colegas para conseguir un sistema migratorio "justo, humano y funcional".
“Los últimos cuatro años han sido traumáticos para las comunidades de inmigrantes que han sufrido implacables ataques de la Administración Trump. Hoy, pasamos la página de este capítulo oscuro de nuestra historia y comenzamos el arduo trabajo de reparar el daño y reconstruir una mejor unión que refleje los valores de nuestra nación", aseguró.
En la Cámara Baja, el proyecto de ley estará patrocinado por la congresista hispana Linda Sánchez, quien dijo en un tuit que se ha esperado demasiado para esta reforma, por lo que no piensa perder el tiempo para ponerse "manos a la obra" para conseguirla.
UN CAMBIO SEMÁNTICO: DE 'ALIEN' (EXTRANJERO) A NO CIUDADANO
Una de las modificaciones que incluye la iniciativa de Biden es semántico, pero recoge un pedido de larga data de parte de las organizaciones y activistas a favor de los inmigrantes, que han expresado su malestar por que se vincule a esta comunidad con términos como "extranjero ilegal".
"El proyecto de ley reconoce a Estados Unidos como una nación de inmigrantes al cambiar la palabra 'extranjero' por 'no ciudadano' en nuestras leyes de inmigración", destaca el comunicado.
Otra de las aspiraciones de la ley será la reunificación familiar, dando especial importancia a los grupos familiares LGBTQ + y permitiendo igualmente a los inmigrantes con peticiones aprobadas de patrocinio familiar reunirse con sus seres queridos en EE.UU. de forma temporal mientras esperan por las tarjetas de residencia.
También la propuesta de ley incluye una provisión que prohíbe la "discriminación basada en la religión y limita la autoridad presidencial para emitir prohibiciones futuras" y aumenta las visas de diversidad de 55.000 a 80.000.
Entre otras de sus polémicas decisiones, Trump instauró nada más llegar a la Casa Blanca un veto migratorio a los nacionales de once países con una significativa población musulmana (Eritrea, Irán, Kirguistán, Libia, Birmania, Nigeria, Somalia, Sudán, Siria, Tanzania y Yemen) y que incluye restricciones para Venezuela y Corea del Norte.
UN MURO "DESFINANCIADO"
Para intentar lograr el necesario apoyo republicano en el Senado, Biden incluyó además nuevos recursos en la frontera, su decisión de dejar de lado la construcción del muro en la frontera con México -la promesa electoral cumplida a medias por Trump- y apostar sobre todo por la "tecnología" para acelerar la detección del cruce ilegal de mercancías y estupefacientes.
La nueva propuesta pretende de igual forma destinar fondos para mejorar el "profesionalismo" de los agentes fronterizos y crear un comité para investigar posibles "malas conductas", y busca mejorar la atención de individuos, familias y menores bajo la custodia de Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP, en inglés).
Expertos analizan discurso de Biden: "aburrido", aunque "bien intencionado"
Washington, 20 de enero (EFE).- Las palabras "esperanza", "decencia" y "unidad" resonaron con fuerza en el discurso de investidura del presidente de EE.UU., Joe Biden, quien reconoció este miércoles el enorme desafío al que se enfrenta en una alocución que algunos expertos consideraron "mediocre" e incluso "aburrida", pero quizás justo lo que el país necesita.
"Me pareció mediocre, una ensalada de palabras, bien intencionado, pero con muchos conceptos abstractos que no se sostenían", dijo a Efe el profesor de Política de la Universidad George Washington, Michael Cornfield.
Si él hubiera sido su profesor, habría puesto a Biden la calificación de "B", es decir un notable, una nota mejorable para el gobernante que acumula medio siglo de experiencia política y soñó por primera vez con la Presidencia en 1984, cuando perdió las primarias demócratas.
En opinión de Cornfield, lo que EE.UU. hoy recordará es la llegada a la Vicepresidencia de Kamala Harris, quien se convirtió en la primera mujer, la primera afroamericana y la primera persona de origen asiático en acceder a este puesto.
Y también pasará a los libros de historia las enormes medidas de seguridad con 25.000 militares desplegados en las calles de la capital, así como el mar de banderas estadounidenses que sirvió de sustituto al público y las 17 órdenes ejecutivas que Biden tiene previsto firmar pocas horas después de llegar a la Casa Blanca.
ÉNFASIS EN LA ACCIÓN, NO EN LA ORATORIA
Biden, afirmó Cornfield, nunca ha sido un gran orador: tuvo que superar su tartamudez cuando era niño y suele salirse del guion, pero su fortaleza es la capacidad para aprobar medidas concretas y lograr consensos con el otro bando ideológico, al que hoy tendió la mano.
En una parte del discurso, el demócrata explícitamente prometió que será "el presidente de todos los estadounidenses", un lugar común al que recurrieron todos sus antecesores con excepción de Donald Trump, quien hace justo cuatro años en su discurso de investidura ofreció una visión oscura del país.
Entonces, mientras unas nubes negras se cernían sobre Washington, Trump prometió que pondría fin a la "carnicería estadounidense".
Hoy mientras el sol brillaba y, por un momento, caían copos de nieve, Biden tendía puentes para curar las heridas de EE.UU. y superar las divisiones, personificadas en el asalto al Capitolio del 6 de enero, suceso que conmocionó al país y se cobró la vida de cinco personas.
"¿Sabes? Puede que aburrido sea justo lo que el país necesita", comentó a Efe Steffen Schmidt, profesor de Política de la Universidad de Iowa.
"Donald Trump -añadió- nunca fue aburrido, siempre estabas sentado con las manos agarradas muy fuerte esperando a ver qué era lo siguiente. Y creo que el país estaba cansado de eso. Y aburrido puede ser muy bueno".
CONSCIENTE DE LA OPORTUNIDAD Y EL DESAFÍO
Aunque su discurso no sea recordado como uno de los mejores de la historia de EE.UU., Biden sabe que tiene la oportunidad de marcar un punto de inflexión, tal y como hicieron otros dos dirigentes: Franklin D. Roosevelt (1933-1945), venerado por haber sacado al país de la Gran Depresión, y Abraham Lincoln, (1861-1865), crucial en mantener a EE.UU. unido durante la Guerra Civil.
Biden comparó el momento actual que atraviesa el país precisamente con ese episodio, que puso en peligro la propia existencia de la nación, y citó al propio Lincoln al prometer que su "alma entera" estará dedicada a la Presidencia, al mismo tiempo que pidió acabar con la "guerra no civil" entre demócratas y republicanos.
Esas palabras suponen un "importante mensaje de tranquilidad" y una señal de que Biden entiende que su cargo como jefe de Estado y comandante en jefe no debe ser un instrumento partidista, dijo a Efe la profesora de la universidad Vanderbilt, Vanessa Beasley, experta en discursos presidenciales.
De hecho, destacó Beaslye, Biden señaló que la nación debe estar unida para moverse hacia adelante, pero también defendió el respeto a la "verdad" frente a los "hechos fabricados" y se comprometió a plantar cara a los supremacistas blancos.
LAS CUATRO CRISIS DE EE.UU.
Biden prometió que hará frente a cuatro crisis: la pandemia, la violencia racial, la crisis climática y el terrorismo doméstico.
"Ningún presidente ha dado nunca un discurso tan monumental en el contexto de tantas crisis simultáneas como las que enfrenta ahora la nación", valoró el experto en Ciencia Política de la Universidad de Michigan Aaron Kall, autor de un libro sobre los discursos inaugurales de los presidentes de EE.UU.
Tradicionalmente, el primer discurso del presidente sirve para propulsar su agenda y su mandato, cuyos 100 primeros día se consideran cruciales por ser tradicionalmente los más productivos.
Al final, el legado de Biden no dependerá del discurso de hoy; sino de sus primeros 100 días y de si, como prometió durante la campaña, logra rescatar la atormentada "alma" de EE.UU.
Oficial que enfrentó disturbios en el Capitolio escoltó a Harris en investidura
Washington, 20 de enero (EFE).- El agente Eugene Goodman, uno de los héroes de la Policía del Capitolio que se enfrentaron hace dos semanas a la turba que irrumpió en la sede del Congreso de EE.UU., fue el encargado este miércoles de escoltar a la vicepresidenta, Kamala Harris, durante la ceremonia de investidura.
Goodman, que este miércoles fue presentado como vicesargento en armas en funciones del Senado, un ascenso que se hizo público hoy, adquirió notoriedad después de que fuera uno de los agentes que expulsaron a los asaltantes del Capitolio, que eran seguidores radicales del ahora expresidente del país, Donald Trump.
Un video en el que se veía a Goodman liderado los esfuerzos policiales para expulsar a los atacantes durante el asalto del pasado 6 de enero, en el que murieron cinco personas, se hizo viral en las redes sociales
En esa grabación, se ve a Goodman enfrentándose solo a una turba de partidarios de Trump, únicamente pertrechado con una porra, hasta que llegaron otros agentes.
Las imágenes muestran a Goodman perseguido por los atacantes, mientras se dirige a la segunda planta de la parte del Senado, en el edificio del Capitolio.
En ese momento, Goodman lanza la mirada a una puerta, que es la entrada directa al hemiciclo, donde estaban congregados en ese momento la mayoría de los legisladores, personal del Congreso y varios periodistas.
El agente afroamericano, tras situarse entre esa entrada y la vanguardia de los alborotadores, tentó a los asaltantes para distraerlos y llevarlos al fondo del pasillo, lejos de la puerta del hemiciclo, donde llegaron refuerzos que hicieron frente a los atacantes.
Dos semanas después de su hazaña, Goodman recibió una ovación este miércoles por parte de los asistentes a la ceremonia de investidura de Biden y Harris, cuando se anunció su entrada en el estrado montado frente al Capitolio. Más tarde escoltó a Harris hasta la zona donde le tocaba pasar la investidura.
La semana pasada, un grupo de legisladores demócratas y republicanos presentaron una propuesta para honrar a Goodman, al que describieron como un héroe, con la Medalla de Oro del Congreso por haberles protegido.
Amanda, la joven poeta que aportó esperanza en la investidura Biden-Harris
Washington, 20 de enero (EFE).- La joven poeta Amanda Gorman aportó este miércoles fuerza y esperanza a la investidura del presidente Joe Biden, con un emocionante poema que declaró el comienzo de una "era de redención" en Estados Unidos y recordó que "siempre hay luz", incluso en los momentos más oscuros.
Gorman, de 22 años, conmovió durante más de cinco minutos a los cientos de asistentes a la investidura de Biden, con unos versos en los que trabajó durante semanas pero que no remató hasta después del asalto al Capitolio del 6 de enero, inspirada por la necesidad del país de encontrar consuelo.
"Siempre hay luz, si somos lo suficientemente valientes para verla, si somos lo suficientemente valientes para encarnarla", dijo Gorman al concluir su poema.
La poeta afroamericana es la más joven que ha pronunciado un poema en una investidura presidencial en Estados Unidos, y recibió alabanzas casi inmediatas al terminar de recitar su obra, titulada "La colina que escalamos".
"Aunque la democracia puede ser periódicamente retrasada, nunca puede ser permanentemente derrotada", afirmó la autora, que es la primera poeta joven galardonada a nivel nacional de la historia de Estados Unidos.
Gorman tuvo algo de bloqueo creativo cuando escribía su poema hasta que se produjo el ataque al Congreso, cuando vio con claridad el mensaje solemne pero optimista que quería enviar al país, según explicó a varios medios de comunicación.
"Para poner primero nuestro futuro, antes tenemos que dejar de lado nuestras diferencias, dejar las armas para poder alcanzar los brazos de los otros", subrayó ante el Capitolio, poco después de que Biden pronunciara su primer discurso como presidente.
Su poema sonó como un respiro de alivio tras la Presidencia de Donald Trump, y celebró la entrada en una "era de redención" de "un país que no está roto, sino simplemente inacabado".
"Nunca más sembraremos la división", confió.
La ahora primera dama de Estados Unidos, Jill Biden, fue quien pidió incluir a Gorman en la ceremonia de investidura después de ver un vídeo de una declamación que la joven había dado en Washington, reveló el diario The New York Times.
Gorman creció en Los Ángeles, donde su madre es profesora en una escuela, y enseguida se enamoró de la poesía, escribiendo en diarios en el patio del colegio, hasta que con solo 16 años le dieron el premio a la mejor poeta joven de la ciudad californiana.
"Ahora más que nunca, Estados Unidos necesita un poema inaugural", dijo Gorman en una entrevista con el New York Times.
"La poesía es normalmente la piedra angular a la que volvemos cuando tenemos que recordar la historia sobre la que nos alzamos, y el futuro que defendemos", añadió.