CRANSTON, RI.- Mientras continúan los esfuerzos locales por incrementar el número de personas que reciben la vacuna del COVID-19, y en momentos en que el estado registra niveles alarmantes en el número de contagio (cerca de 120 mil casos confirmados a la fecha), Rhode Island está participando en un estudio sobre un mecanismo alternativo de prevención y tratamiento del virus.
La investigación es conducida por la Universidad Johns Hopkins con la colaboración de la Brown University y el Hospital de Rhode Island, en Providence, y está basada en el uso de plasma convaleciente para combatir el coronavirus, para lo cual están buscando activamente a individuos recién diagnosticados y a aquellos que han experimentado una exposición de alto riesgo (pero que aún no son positivos). Los candidatos deben ser personas de 18 años o más.
El plasma convaleciente es una tecnología centenaria que se utilizó anteriormente durante la pandemia de gripe de 1918. El plasma es la parte líquida de la sangre. Contiene 95% agua, pero tiene los anticuerpos, las proteínas que necesita el organismo para combatir las infecciones. En el plasma, las personas que se han recuperado del COVID 19 tienen los anticuerpos contra el virus en sí mismo.
En declaraciones para Acontecer Latino, la epidemióloga y especialista en enfermedades infecciosas doctora Kelly Gebo indicó que, en ausencia de una vacunación generalizada, el plasma convaleciente tiene el potencial de ralentizar la propagación comunitaria y preservar los recursos hospitalarios. Además, dado que el plasma convaleciente contiene anticuerpos de pacientes que se han recuperado del COVID-19, también puede ayudar a combatir la nueva cepa del virus altamente contagioso.
“Lo que hacemos con el plasma es usar esos anticuerpos para ayudar a combatir los efectos de la infección en las personas que han sido expuestas al COVID-19 y en aquellos afectados por COVID-19 para tratar de disminuir el virus y no permitir que siga replicándose y causando las serias complicaciones que hacen que las personas tengan que ser hospitalizadas, lo cual usualmente ocurre en la segunda semana del virus. Nosotros sabemos que los anticuerpos son uno de los recursos más útiles para combatir la infección y eso es lo que hacemos cuando nos ponemos una vacuna, nosotros generamos anticuerpos”, explicó la doctora Gebo, quien es experta en COVID-19, Epidemiología, VIH / SIDA y Enfermedades Infecciosas.
El plasma convaleciente, enfatizó, es una opción de tratamiento de la enfermedad del COVID-19 hasta tanto exista la posibilidad de que se pueda lograr vacunar a suficientes personas. El plasma se ha usado en diferentes tipos de enfermedades. Cuando la infección del COVID-19 impactó en la Primavera en Estados Unidos, el plasma comenzó a obtenerse de personas que habían contraído el virus para usarlo en los nuevos infectados.
En agosto la FDA otorgó la aprobación de emergencia para que la gente pudiera recibir el plasma más regularmente sin tener que llenar una forma experimental. Miles de unidades han comenzado a aplicarse en el país desde entonces. La especialista indicó que la razón por la que no se utiliza este método de manera generalizada en lugar de la vacuna, es porque el plasma requiere una transfusión, lo cual es algo que no se puede dar a todo el mundo. “Lo que esperamos poder hacer es identificar o vacunar a todo el mundo para que pueda generar sus propios anticuerpos. Hasta que eso pase y todo el mundo esté inmunizado esta es una opción para el tratamiento y prevención de la enfermedad. Pero la vacuna es mucho más fácil en términos de administración y de efectos secundarios potenciales”.
Sobre los riesgos al recibir transfusión de plasma, la doctora explicó que todas las unidades son evaluadas para enfermedades infecciones, así como se hace para una transfusión de sangre regular. “Buscamos HIV, Hepatitis, y otro tipo de enfermedades infecciosas. Nunca podemos estar completamente seguros de que el plasma está libre de enfermedades infecciones. Estimamos el riesgo en cerca de un porcentaje de 1 en 1,000 unidades. Sin embargo este es el mismo tipo de producto de sangre que nosotros damos en el hospital para gente que ha tenido cirugía, o gente que ha tenido tratamientos contra el cáncer, o sea, nosotros damos este producto regularmente y sentimos que la evaluación de la sangre para detectar enfermedades infecciones funciona bien”.
El estudio
La investigación tiene dos componentes, el primero de los cuales trabaja con personas que han sido expuestas, ya sea porque viven con alguien que ha tenido el COVID-19 o ellos están en un alto riesgo de desarrollarlo, por causa de una exposición prolongada a alguien que tiene COVID-19. Estas personas son escogidas de manera aleatoria y tienen 50/50 de posibilidades de recibir plasma de alguien que se ha recuperado del COVID-19 y tiene los anticuerpos, versus lo que se denomina plasma de control, es decir, que no tiene los anticuerpos. A estas personas se les da seguimiento por tres meses. La mayor parte de la observación es en las primeras cuatro semanas para ver si desarrollan infección por COVID.
Similarmente hay un segundo protocolo donde se está tratando a personas que tienen nuevos síntomas de COVID. Ellos tienen un diagnóstico de COVID y han tenido el virus durante por lo menos ocho días. Estas personas, al igual que el grupo anterior, tienen 50/50 de probabilidades de recibir plasma con anticuerpos o sin ellos y luego son evaluadas durante cuatro semanas, inicialmente, hasta completar un proceso de tres meses. Se evalúan sus síntomas para prevenir que vayan al hospital.
“Tenemos más de 600 personas que se han hecho el tratamiento alrededor del país hasta ahora, y ha marchado bien. De hecho nuestra familia fue parte del estudio y resultó bien. Nuestro hijo se infectó y él estuvo en el componente de los infectados y mi esposo y yo estuvimos en el de la prevención”, sostuvo la doctora Gebo.
La experta confía en los beneficios que tendría este método en la lucha contra el COVID-19. “Desde mi perspectiva yo sé que los anticuerpos ayudan a prevenir y combatir la enfermedad. Creemos que estos anticuerpos dados en el plasma son una opción para potencialmente prevenir y tratar la enfermedad en personas que tienen COVID-19. Sabemos que habrá nuevas drogas que vendrán en el futuro, pero hasta que nosotros consigamos vacunar a todas las personas, tenemos una manera de combatir una infección que está ocurriendo muy rápidamente, y esta es una opción potencial para tratar de prevenir complicaciones y reducir la mortalidad”.
Cómo participar
El primer día de unirse a este estudio, un voluntario se inscribirá en el ensayo y recibirá un examen físico. Al día siguiente, el voluntario recibirá una transfusión de plasma. A medida que avanza la enfermedad, el voluntario asistirá a visitas de seguimiento virtuales y presenciales. Los voluntarios tendrán acceso directo a las pruebas de COVID-19 y a médicos especialistas en enfermedades infecciosas de alta calidad a medida que atraviesan las fases de recuperación. Toda la atención médica proporcionada como parte del estudio es gratuita y los voluntarios pueden recibir una compensación por su tiempo. Si usted está interesado en ser parte de este estudio, o si desea obtener más información de cómo participar, haga clic aquí Ahí encontrará un formulario con instrucciones, disponible en inglés y en español. También puede llamar al teléfono 888-506-1199.
Buscan en RI candidatos para tratamiento contra el COVID
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