Algunos expertos sugieren que este enfoque de auto recolección puede proporcionar una forma más fácil de tener pruebas masivas en los Estados Unidos.

Sacramento (KHN vía EFE News).- Las pruebas para coronavirus suelen ser una experiencia desagradable e incluso dolorosa en la que un proveedor de atención médica empuja un hisopo por la nariz del paciente.

El presidente Donald Trump declaró que someterse al proceso fue "un poco difícil".

Desde finales de marzo, tres jurisdicciones del sur de California, el condado de Los Ángeles y las ciudades de Los Ángeles y Long Beach, han ofrecido una alternativa más aceptable a este muestreo nasofaríngeo, cuyo nombre ya representa un desafío.

MÉTODO MÁS SENCILLO

En 21 sitios de autoservicio, cualquier persona puede proporcionar una muestra moviendo un hisopo de algodón alrededor de sus bocas, colocándolo en un tubo y dejándolo en una caja al salir, todo dentro de la comodidad de sus autos.

Algunos expertos sugieren que este enfoque de auto recolección puede proporcionar una forma más fácil de tener pruebas masivas en los Estados Unidos.

"Abogo firmemente por el hisopado oral", dijo el doctor Clayton Kazan, director médico del Departamento de Bomberos del condado de Los Ángeles, que supervisa el programa de pruebas al paso del condado. "Puede o no ser inferior, dependiendo del estudio que leas, pero, logísticamente, no tiene comparación".

Sin embargo, muchos funcionarios de salud pública se resisten a confiar en estas pruebas más simples a menos que los datos científicos muestren de manera convincente que funcionan tan bien como los métodos ya aceptados.

"Tengo verdaderas preocupaciones sobre las decisiones que se toman en base a estudios que no han sido revisados por colegas", dijo el doctor Richard Besser, CEO de la Fundación Robert Wood Johnson y ex director interino de los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC).

"En medio de esta pandemia, no queremos comprometernos, especialmente si las personas van a usar esa información para decidir si van a seguir el distanciamiento social", dijo el doctor Adam Jarrett, director médico del Holy Name Medical Center, en Teaneck, Nueva Jersey.

Las muestras nasofaríngeas han sido estándar durante mucho tiempo para diagnosticar la gripe y otras infecciones respiratorias porque se sabe que los patógenos colonizan la parte superior de la garganta detrás de la nariz.

LA "OPCIÓN PREFERIDA"

Por el contrario, el método más simple que se usa en el condado de Los Ángeles, en el que se pide a los pacientes que tosan y luego se pasen un hisopo por dentro de las mejillas y la parte posterior de la boca, se basa en un conjunto limitado de investigaciones emergentes.

Actualmente, los CDC llaman a los hisopos nasofaríngeos la "opción preferida" para las pruebas de coronavirus. No recomiendan los fluidos orales recogidos por la persona misma, y el número de jurisdicciones que siguen esta estrategia sigue siendo limitado.

A principios de abril, el condado de Middlesex, en Nueva Jersey, también comenzó a ofrecer a personas sintomáticas pruebas al paso con muestras orales tomadas después de toser. El lunes 27 de abril, funcionarios de la ciudad de Nueva York dijeron que planeaban comenzar a ofrecer pruebas usando muestras orales y nasales recolectadas en hospitales públicos.

Los científicos y expertos en salud pública han promovido el aumento de las pruebas virales y la vigilancia como clave para cualquier estrategia para flexibilizar las restricciones sociales, y la necesidad de recolectar muestras nasofaríngeas por parte de profesionales con equipo de protección representa un obstáculo importante.

Por eso está aumentando el interés en el uso de muestras orales, así como de hisopados nasales que pueda recolectar la misma persona, dijo Lisa Barcellos, epidemióloga de la Universidad de California-Berkeley.

ESCASEZ DE HISOPOS

"Es imposible ampliar cualquier cosa que requiera que los profesionales de salud lo hagan, y con un equipo que es difícil de conseguir", dijo Barcellos. El aumento en la demanda de los hisopos especializados de 6 pulgadas requeridos para el procedimiento nasofaríngeo ha llevado a una escasez crítica, agregó.

Los sitios de pruebas auto recolectadas del condado de Los Ángeles, Los Ángeles y Long Beach, diseñados para personas que experimentan síntomas, procesan colectivamente alrededor de 7.000 pruebas al día, con una tasa positiva de poco más del 7 %, según Curative, la compañía de diagnóstico que proporciona las pruebas.

 Curative está teniendo conversaciones con jurisdicciones en otras áreas y la semana del 27 de abril anunció un acuerdo para evaluar al personal de la Fuerza Aérea.

Kazan reconoció que la muestra nasofaríngea se considera el método más confiable, pero señaló que estudios recientes han reportado resultados prometedores de muestras orales.

Además, agregó, confiar en las llamadas técnicas auto administradas elimina el peligro para el personal de atención médica y minimiza la necesidad de equipos de protección personal escasos, como máscaras, protectores faciales y delantales.

Kazan dijo que las personas que reciben las pruebas se sienten aliviadas al saber que recolectar secreciones de sus bocas es relativamente rápido y fácil.

"Creo que mucha gente imagina lo que vieron en YouTube, personas con equipo de protección que parecen astronautas colocando largos hisopos en sus narices", dijo.

Pero para ser útiles, las pruebas de diagnóstico deben ser precisas. Un "falso negativo", en el cual la prueba no puede detectar el coronavirus, podría hacer que una persona infectada piense que está a salvo y que no representa ningún peligro para los demás.

El 21 de abril, la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA) otorgó su primera autorización para una prueba casera de hisopo nasal hecha por LabCorp. La agencia había emitido previamente advertencias a los consumidores sobre los kits de prueba caseros de coronavirus "fraudulentos" que se comercializan por internet.

Por David Tuller

(Esta información fue producida por Kaiser Health News, un programa editorialmente independiente de Ia Kaiser Family Foundation no relacionado con Kaiser Permanente)

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El presidente Donald Trump fue el encargado de anunciar que el Remdesivir había recibido una "autorización de emergencia" por parte de la Administración de Alimentos y Medicamentos 

Washington, 1 de mayo (EFE News).- El Gobierno autorizó este viernes el uso del medicamento antiviral Remdesivir para tratar a los pacientes más graves con COVID-19, pese a que su propio fabricante, Gilead, ha advertido de que aún no se ha probado que sea seguro y hay estudios apuntan que su eficacia no está clara.

El presidente Donald Trump fue el encargado de anunciar que el medicamento había recibido una "autorización de emergencia" por parte de la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA, en inglés), la agencia gubernamental que se encarga de aprobar el uso de productos relacionados con la salud pública.

"Es un placer anunciar que Gilead tiene ahora una autorización de emergencia de la FDA para el Remdesivir. Y sabéis que eso ocurre porque ha sido lo más candente en los periódicos y en los medios de comunicación durante un tiempo. Es un tratamiento importante para los pacientes hospitalizados con coronavirus", dijo Trump.

El mandatario consideró que el antiviral ofrece una "situación prometedora" y explicó que solo será usado para tratar a los pacientes hospitalizados con coronavirus que estén en estado grave.

Trump hizo esas declaraciones en presencia del director ejecutivo de Gilead, Daniel O'Day, quien se mostró complacido con la aprobación, y anunció que su compañía donará un millón de dosis para ayudar a las personas contagiadas con el virus.

Esta semana, Trump ya había expresado su deseo de que la FDA, que en teoría es una agencia independiente, acelerara el proceso de aprobación del medicamento, que se aplica por vía intravenosa.

En un comunicado, la FDA admitió este viernes que existe "información limitada" sobre la seguridad y eficacia del Remdesivir para tratar el coronavirus, pero explicó que ha autorizado su aplicación porque un reciente ensayo clínico mostró que el fármaco acorta el tiempo de recuperación en algunos pacientes.

En concreto, ese ensayo -realizado en los Institutos Nacionales de Salud (NIH, en inglés)- mostró que los pacientes hospitalizados con COVID-19 a los que se les administró Remdesivir (en total 1.063 enfermos) tuvieron una recuperación un 31 % más rápida, en concreto 11 días, que los que recibieron placebo, que tardaron en recuperarse una media de 15 días.

La autorización significa que, a partir de ahora, el antiviral podrá ser inyectado a los pacientes con COVID-19 que estén ingresados en hospitales en estado grave, lo que la FDA define como la necesidad de asistencia para respirar, por ejemplo, con un ventilador.

En otro comunicado este viernes, Gilead, con sede en Foster City (California), se mostró cauta y afirmó que la eficacia del remdesivir todavía está siendo investigada.

Además, recordó que todavía se desconoce cuál debe ser la dosis y duración óptima del tratamiento, aunque de momento bajo la autorización de la FDA el antiviral se suministrará a los pacientes durante 5 o 10 días, dependiendo de su estado.

Gilead indicó que se dará prioridad a las zonas más afectadas, por lo que se espera que el medicamento llegue pronto a la ciudad de Nueva York, epicentro de la pandemia en EE.UU. con más de 313.00 casos y 23.800 muertes.

En todo el país, más de un millón de personas se han contagiado y más de 64.000 han fallecido, de acuerdo al recuento extraoficial de la Universidad de Johns Hopkins.

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Los gobernadores han reconocido el apremio y la urgencia para levantar las restricciones ante el severo impacto económico provocado por la paralización de la actividad.

Washington, 1 de mayo (EFE).- La reapertura gradual de la actividad económica en Estados Unidos en plena crisis del coronavirus comenzó este viernes sin coordinación federal con la mitad de estados, entre ellos Colorado y Texas, levantando varias de las restricciones, mientras otros como California, Michigan y Nueva York mantuvieron las medidas de control.

El presidente, Donald Trump, quien se ha mostrado ansioso por reabrir el país, ya había advertido de que no prorrogaría las directrices federales sobre el distanciamiento social y el cierre de negocios no esenciales.

Estas recomendaciones expiraban con el final de abril, por lo que queda a partir de hoy a discreción de los gobernadores de los estados decidir el rumbo en medio de la pandemia, que ya ha provocado más de 63.000 muertos y un millón de contagiados en Estados Unidos.

Sin embargo, y pese a dejar a las autoridades estatales la responsabilidad, Trump cargó hoy contra la gobernadora de Michigan, la demócrata Gretchen Whitmer, por extender el estado de emergencia y mostró su apoyo a quienes, algunos armados, se han manifestado en el Capitolio de la capital estatal, Lansing, para exigir la reapertura de la actividad.

"La gobernadora de Michigan debería ceder un poco y apagar el fuego. Estas son muy buenas personas, pero están enfadadas. ¡Quieren recuperar sus vidas de nuevo, de forma segura! Véalos, hable con ellos, llegue a un acuerdo", escribió Trump desde su cuenta de Twitter.

Por su parte, Anthony Fauci, director del Instituto Nacional de Enfermedades Infecciosas y uno de los principales epidemiólogos del país, advirtió a los estados de que se están apresurando por reanudar la actividad y que están asumiendo "un riesgo significativo".

"Si continúa siguiendo las directrices, hay una continuidad que es segura, es prudente y es cuidadosa", apuntó Fauci.

Los gobernadores han reconocido el apremio y la urgencia para levantar las restricciones ante el severo impacto económico provocado por la paralización de la actividad.

"No podemos esperar hasta que haya una cura para esto. No podemos esperar hasta que cada persona pueda someterse a un test cada día para abrir la economía", informó Tate Reeves, gobernador de Misisipi, quien levantará el lunes la orden de confinamiento en el estado sureño.

Más de 30 millones de personas han solicitado el subsidio por desempleo en las últimas semanas, y el primer cálculo de evolución del producto interior bruto (PIB) del primer trimestre del año reveló una contracción del 4,8 % anual.

Mientras tanto, los mercados financieros registraron hoy agudas caídas tras las amenazas de este jueves de Trump de imponer nuevos aranceles a China, a quien culpó de la pandemia.

Trump aseguró haber visto pruebas que le permiten afirmar con un alto grado de confianza que el nuevo coronavirus se originó en un laboratorio de la ciudad china de Wuhan, algo que Pekín niega y que la propia inteligencia estadounidense ha rechazado.

De acuerdo con The Washington Post, que cita a cuatro funcionarios de la Administración, este jueves estaba prevista la celebración de una reunión de responsables de varias agencias gubernamentales, entre ellos algunos de Inteligencia, para trazar una estrategia en busca de represalias contra China.

En la primera rueda de prensa en más de un año, la nueva portavoz de la Casa Blanca, Kayleigh McEnany, evitó comentar estas posibles sanciones comerciales pero reiteró el "desagrado" de Trump con la conducta de Pekín y criticó la actuación de la Organización Mundial de la Salud (OMS) en esta crisis.

"La OMS puso la corrección política primero al oponerse a las restricciones de viaje impuestas por el presidente (Trump)", afirmó McEnany sobre la medida adoptada por Trump en primer lugar con respecto a China, origen de la pandemia, y luego ampliada a otros países, entre ellos la mayoría de Europa.

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Tara Reade es una mujer de 56 años que entre diciembre de 1992 y agosto de 1993, cuando tenía 29, trabajó como asistente para Biden, encargada de coordinar a los becarios que trabajaban en la oficina del entonces senador.

Washington, 29 de abril (EFE).- El año pasado, ocho mujeres acusaron al exvicepresidente de Estados Unidos, Joe Biden, de tocamientos, besos o abrazos inapropiados. En plena era del #MeToo, estas acusaciones no fueron suficientes para que descarrilara la campaña de Biden, ahora virtual candidato demócrata a la Casa Blanca.

Una de esas mujeres, Tara Reade, ha redoblado ahora su acusación contra Biden con un supuesto abuso sexual ocurrido en los años noventa, un escándalo que persigue al exvicepresidente a falta de seis meses para las elecciones presidenciales. Estas son las claves del caso.

1. ¿QUIÉN ES TARA READE?

Tara Reade es una mujer de 56 años que entre diciembre de 1992 y agosto de 1993, cuando tenía 29, trabajó como asistente para Biden, encargada de coordinar a los becarios que trabajaban en la oficina del entonces senador. Ahora vive en California.

2. LA ACUSACIÓN

Reade asegura que en algún momento durante la primavera de 1993, Biden abusó sexualmente de ella. Según su relato, ella y Biden estaban solos en un edificio de oficinas del Senado cuando el entonces senador la acorraló contra una pared, la manoseó por debajo de la ropa y la penetró con sus dedos.

La mujer hizo pública la denuncia en una entrevista en el podcast de la periodista Katie Halper después de que los principales medios estadounidenses ignoraran, según ella, sus intentos de contactar con ellos.

3. LOS TESTIMONIOS

Dos amigos de Reade han corroborado ante medios estadounidenses que la mujer les había contado el episodio vivido, a uno en 1993 y al otro en 2008. El hermano de Reade también ha dicho que sabía lo ocurrido.

También la madre de Reade, ahora fallecida, en agosto de 1993 llamó en directo al programa de Larry King en la CNN preguntando qué debía hacer su hija ya que había tenido "problemas" con un "importante senador" para el que trabajaba, sin dar más detalles.

Además, esta semana ha dado un paso al frente una antigua vecina de Reade, Lynda LaCasse, que aseguró que en 1995 la exasistente de Biden también le confesó lo sucedido.

"Me dijo que la puso contra la pared y que le levantó con la mano la falda e introdujo los dedos dentro de ella. Estaba devastada, realmente molesta. Estaba llorando", afirmó en una entrevista con The New York Times LaCasse, que también dijo que tiene intención de votar a Biden en noviembre.

4. UNA CARTA NUNCA ENVIADA

En plena era del #MeToo, organizaciones de mujeres prepararon una carta pública instando a Biden a dar la cara y responder a las acusaciones, sin embargo la campaña del exvicepresidente supo de la misiva antes de que viera la luz y su envío quedó suspendido.

"El vicepresidente tiene la oportunidad, ahora, de demostrar cómo se toma en serio acusaciones serias. El peso de nuestras expectativas equivale a la magnitud del cargo al que aspira", apuntaba la carta, filtrada al The New York Times.

5. EL SILENCIO DE BIDEN

Ha pasado un mes desde que Reade hizo pública la acusación y la respuesta de Biden ha sido el silencio. El exvicepresidente ha utilizado sus portavoces para desmentir el relato y su campaña ha redactado un argumentario para su defensa.

Entre los argumentos, utilizados ya por líderes demócratas, está que The New York Times concluyó en una investigación que las acusaciones eran falsas, algo que el rotativo neoyorquino desmintió este miércoles.

El silencio de Biden incomoda dentro del partido, a mujeres, activistas y a la izquierda, que defiende que Reade debe ser escuchada, pero a la vez también preocupa que perjudique las opciones de un candidato al que ya consideraban débil.

6. MUNICIÓN PARA TRUMP

Aunque el presidente, Donald Trump, carga en sus espaldas con una docena de acusaciones por abuso sexual y que ha denigrado a multitud de mujeres en público, la denuncia contra Biden ha llegado como agua de mayo para la campaña del mandatario, en horas bajas por la crisis del COVID-19.

Tanto el hijo mayor de Trump, Donald Trump Jr., como el jefe de campaña del presidente, Brad Parscale, utilizando el caso como munición electoral mientras acusan a los demócratas de hipócritas.

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