El sueño de Julio es expandir el negocio de los camiones de comida a otras ciudades del estado.
PROVIDENCE, RI.- Detrás del éxito de Julio Quiñonez, propietario de Julio’s Gourmet, se esconde una conmovedora historia de superación y perseverancia. Un libro lleno de vivencias que empezó a escribirse hace exactamente 30 años, el primero de febrero de 1988, cuando siendo apenas un adolescente de 17 años, este próspero empresario guatemalteco, decidió emigrar a Estados Unidos, sin familia, documentos, ni recursos.
Recién graduado de la Academia Militar en Guatemala, Julio salió de su país en busca de mejores oportunidades. A su llegada a suelo norteamericano, se radicó en Florida y seis meses después, llegó a Rhode Island. Aunque hoy es un chef experimentado, aun cuando no cursó estudios en la materia, y cuenta con una sólida empresa de Catering, Julio recuerda las dificultades que enfrentó en busca del sueño americano.
Comenzó lavando platos en restaurantes franceses e italianos y en poco tiempo se posicionó hasta ocupar el cargo de chef.
“En Florida empecé lavando platos. De ahí me mudé a este estado, e inmediatamente conseguí trabajo como chef en el restaurante francés Pot-Au-Fue en el Downtown de Providence. Después de ocho años trabajando aquí, me fui a Three Steeple Street Restaurant de comida italiana. Allí era el Chef Ejecutivo y en el 2004 obtuve un reconocimiento en el periódico Providence Journal por mi desempeño”, cuenta Quiñonez, quien aprendió el oficio mirando a otros chef.
Al poco tiempo, Julio entraría a Luigi’s Restaurant, un establecimiento de comida italiana como Chef Ejecutivo. “Después de ocho años decidí dejar el empleo. “Mi experiencia en este restaurante me dio la motivación y el empuje que necesitaba para decidirme a abrir mi propio negocio. Siempre chocaba con el dueño porque el maltrataba a los empleados inmigrantes que trabajan en el restaurante. Eran muy racistas y eso me molestaba. Un día sentí en carne propia esa humillación, le entregué el delantal y salí de allí”.
Un nuevo comienzo
De ese día han pasado siete años. Un proceso que lo llevó de empleado a propietario de Julio’s Gourmet, y que si bien es cierto le ha traído grandes satisfacciones, también muchos sacrificios.
“Lo más difícil para mí ha sido la falta de información para poder abrir el negocio. Alguien que te guíe en el proceso, las licencias y permisos. Para llegar a este punto donde tengo el camión de comida en la Webster Avenue me tomó seis meses porque donde quiera que me estacionaba me mandaban la Ciudad. Después de vivir esa experiencia cuatro veces, bendito Dios y gracias a la concejal Sabina Matos, que me orientó, ya llevamos siete años operando el camión de comida frente a la farmacia CVS”, relata Julio.
Planes futuros
En la actualidad, además del camión de comida que es atendido por sus hijas Kayri y Mercy, de 23 y 16 años, respectivamente, Julio cuenta con otro camión para eventos especiales, ferias y cumpleaños, así como un negocio de servicio de catering donde ofrece una gran variedad de comida hispana, italiana, francesa y americana.
Y a pesar de que en su juventud soñaba con enlistarse en la policía, asegura que hoy, tres décadas después de haber llegado a este país, lo único que lamenta es “no haber empezado mi negocio antes. Creo que esperé mucho tiempo. Por eso aconsejo a cualquier persona emprendedora, que tenga el deseo de hacer algo y superarse, que se lance y abra su propio negocio. Es mil veces mejor que estar trabajando para otras personas”.
Julio Quiñonez adelanta que entre sus planes para el futuro está expandir el negocio de los camiones de comida a todo el país y ofrecer servicio de comida para eventos a un mayor número de comensales. “En cinco anos yo me veo dos veces mejor que hoy. Con más camiones y ayudando a mi comunidad”.
Julio Quiñonez: De lavaplatos a chef
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