Nueva York, 18 de abril. (EFE).- El gobernador de Nueva York, Andrew Cuomo, informó este sábado de 540 nuevas muertes por el coronavirus SARS-CoV-2 en el estado en las últimas 24 horas, una reducción del 25 % aproximadamente respecto a los últimos días, si bien existe una alta preocupación por los ancianos, la población más vulnerable.
"Si se observa los últimos tres días, se podría argumentar que ya pasamos la meseta alta y comenzamos a descender", dijo Cuomo en su conferencia de prensa diaria. "Así que ya no estamos en la meseta, pero todavía no estamos en una buena posición".
Hasta el momento se eleva la cifra de fallecidos a 13.362 en el estado de Nueva York, el epicentro mundial del coronavirus SARS-CoV-2, y la ciudad de Nueva York sigue aportando la mayor parte de los fallecidos, con 8.448.
Cuomo anunció que la cifra diaria de muertes por el virus en el estado había caído a 540, frente a las 630 del día anterior. Fue el número diario más bajo en más de dos semanas.
Aún así, advirtió que la crisis de salud estaba lejos de terminar. Solo ayer, cerca de 2.000 personas ingresaron en hospitales de la ciudad con síntomas de Covid-19, similar a los números que los hospitales estaban viendo cuando la pandemia comenzó a alcanzar su punto máximo a fines de marzo.
“Los hogares de ancianos son el mayor temor en todo esto. Personas vulnerables en un solo lugar", afirmó Cuomo.
La pandemia ha azotado sin piedad a los ancianos en el país. Una cuarta parte de todas las personas que han muerto en Nueva York fue en hogares de ancianos, que tienen prohibidas las visitas desde mediados de marzo. La región de Nueva York se ha convertido en un centro del brote de COVID-19 con casi 2.500 muertes de personas mayores solo en este estado, más de 1.000 en la última semana.
El número de pacientes entubados también disminuyó, "lo que es una buena noticia", argumentó. permanece aún en 4.246 individuos en esta situación.
Cuomo se refirió nuevamente a la falta de pruebas para detectar el coronavirus y sostuvo que la economía no podría reabrirse por completo sin que se aumenten los test, para lo que necesitaría más suministros.
Hacer más pruebas es "de vital importancia" para reabrir la economía "y eso es así para todos", argumentó y agregó que es algo que hay que hacer de forma calibrada e inteligente porque es como sabemos si una persona tiene o no el virus e insistió en que "no podemos hacerlo sin ayuda federal ".
"Necesitamos ayuda del gobierno federal para que haya una mejor coordinación para tener acceso a los reactivos" que necesitan las grandes compañías de EEUU que manufacturan los equipos para hacer las pruebas. Esos equipos, explicó, usan diversos reactivos, muchos de los cuales son producidos fuera de EE.UU., y entre los países figura China.
Recordó que desde las 20.00 horas de ayer en Nueva York todos los neoyorquinos deben usar mascaras en público, una nueva medida adoptada para evitar que siga el contagio, que se suma al aslamiento, a trabajar desde casa y evitar la aglomeración de público.
El gobernador aseguró, durante la sección de preguntas y respuestas que no tiene una agenda política e insistió que su único interés es seguir en Nueva York "hasta que lo votantes digan lo contrario".
"No es la época ni el tiempo" para tener agendas políticas, aseguró Cuomo, quien sostuvo que es tiempo para la unidad. "Un país dividido es un país que no adelanta", dijo al citar al expresidente de EE.UU. Abraham Lincoln.
Crecen las protestas en Estados Unidos contra confinamiento por COVID-19
Washington/Nueva York, 18 de abril (EFE).- Nuevas manifestaciones, principalmente convocadas por seguidores del presidente de EE.UU., Donald Trump, desafiaron este sábado las medidas de confinamiento por el coronavirus para sumarse al reclamo a los gobernadores estatales de que reabran cuanto antes la economía.
Austin, la capital de Texas, albergó la concentración más numerosa de la jornada, ya que decenas de personas se agolparon a las afueras del Capitolio, sede del gobierno local, para exigir "Apertura ahora".
"No pueden cerrar América", gritaba uno de los participantes, mientras el coro "USA, USA" animaba a varios de los asistentes a una movilización en la que escucharon sonidos de cuernos de animales y exclamaciones de "Aleluya".
Entre los asistentes se imponían gorras alusivas a la campaña del presidente Donald Trump, así camisetas o banderas con el azul, blanco y rojo con la estrella solitaria de Texas y el estandarte estadounidense.
Las protestas, que han ido aumentando en los últimos días, se repitieron este sábado en otros estados del país, como Indiana, Nueva York y Maryland.
PROTESTA A PESAR DE ANUNCIO OFICIAL
La manifestación en Austin, en la que se observaron algunas personas que portaban armas, tuvo lugar pese a que el gobernador de Texas, el republicano Greg Abbot, desgranara el viernes las líneas del proceso de reapertura, que incluyen el retorno a las actividades de los comercios a partir del 24 de abril, pero solo para atender pedidos para llevar o a domicilio.
"Texas puede contener la propagación de COVID-19 al mismo tiempo que adopta estándares seguros para empezar la repartura del estado", se lee en la cuenta en Twitter de Abbot, quien creó una "fuerza" o grupo de trabajo, conformado por médicos y líderes de los sectores privado y público, para acometer esa tarea.
Las disposiciones, dadas a conocer este viernes, abarcan igualmente el levantamiento de las restricciones a las cirugías y que los parques estatales vuelvan a funcionar, aunque los visitantes no podrán ir en grupos de más de cinco personas y deberán cumplir requerimientos de distanciamiento social y usar mascarillas.
COMO UNA BOLA DE NIEVE
Así como el anuncio de Abbott no hizo retroceder a los manifestantes en Texas, otras voces se unieron a la demanda de reapertura en Indiana, donde los manifestantes se congregaron a las puertas de la residencia del gobernador, el republicano Eric Holcomb, portando carteles en los que se leía "Abran Indiana ahora" y defendían como "esenciales" todos los trabajos.
La presión social ha crecido después de que a raíz de las medidas de confinamiento unas 22 millones de personas debieran solicitar su subsidio de desempleo en el último mes en EE.UU., con más de 5,2 millones de esos pedidos correspondientes a la semana pasada.
En Annapolis, una localidad del estado de Maryland, vecino de la capital estadounidense, numerosos conductores haciendo sonar sus bocinas y ondeando banderas recorrieron las calles para expresar su descontento con la cuarentena, escena que se replicó en Watertown, una ciudad situada en la parte alta del estado de Nueva York, uno de los más golpeados por la pandemia.
"No es sobre Trump, es sobre alimentar a mi familia. Abran la parte alta del estado de Nueva York", decía una mujer en un cartel.
Este viernes, Trump tuiteó "Liberen Minnesota", "Liberen Michigan" y "Liberen Virginia", en una serie de mensajes en los que además se refirió al derecho a portar armas que protege la Segunda Enmienda de la Constitución estadounidense.
NUEVA YORK MEJORA PERO RECLAMA PRUEBAS PARA REAPERTURA
Este sábado, el gobernador de Nueva York, Andrew Cuomo, dio a conocer que en su estado se registraron 540 nuevas muertes en las últimas 24 horas, cifra que supone una caída del 25 % aproximadamente respecto a los últimos días.
"Si se observa los últimos tres días, se podría argumentar que ya pasamos la meseta alta y comenzamos a descender", dijo Cuomo en su conferencia de prensa diaria. "Ya no estamos en la meseta, pero todavía no estamos en una buena posición", admitió.
En ese estado, 13.362 personas han perdido la vida a causa del coronavirus, lo que lo convierte en el epicentro mundial de la pandemia, con la ciudad de Nueva York aportando la mayor parte de los fallecidos, con 8.448.
Para el gobernador, la economía no puede reabrirse por completo sin que se aumentan los test, para lo que necesitaría más suministros.
Hacer más pruebas es "de vital importancia" para reabrir la economía "y eso es así para todos", puntualizó Cuomo, quien abogó por una estrategia calibrada e inteligente
Trump a los gobernadores: "La decisión de reabrir la economía la tomo yo"
Washington, (EFE).- El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, intentó zanjar este lunes cualquier polémica sobre una "reapertura" del país al indicar que esta será una decisión suya y no de los gobernadores, mientras EE.UU. sigue encabezando las estadísticas mundiales de contagiados por el coronavirus SARS-CoV-2 y fallecidos por la enfermedad que éste produce: COVID-19.
Estados Unidos, con 558.999 casos confirmados y 22.154 muertes, es el epicentro de la pandemia, que suma a nivel mundial 1.897.373 enfermos y 118.304 decesos, según los registros de la Universidad Johns Hopkins.
"Con el propósito de crear conflictos y confusión, algunos medios de noticias falsas están diciendo que es decisión de los gobernadores abrir los estados y no del presidente de EE.UU. y del Gobierno federal", escribió Trump en su cuenta de Twitter.
"Que se entienda completamente que esto es incorrecto -sentenció-. Es la decisión del presidente y por muchas buenas razones".
Pese a estas palabras, el gobernante matizó su mensaje y destacó que su Administración está trabajando "estrechamente" con los gobernadores, situación que -anticipó- "continuará".
"Una decisión mía, en conjunto con los gobernadores y el aporte de otros, se tomará en breve", remató sin mayores detalles.
LOS DEMÓCRATAS DE LA COSTA ESTE SE UNEN
Las palabras de Trump coincidieron con la iniciativa de varios gobernadores demócratas que, sin esperar directrices del Gobierno federal, se han unido este lunes para elaborar planes conjuntos que les permitan retomar la actividad económica con el menor riesgo para la salud y de contagios.
En la costa este, Nueva York y otros cinco estados anunciaron que elaborarán un plan conjunto para retomar la vida social y reactivar la economía de manera segura, gradual y coordinada para evitar un repunte de infecciones por el coronavirus.
Se trata de Nueva Jersey, Connecticut, Pensilvania, Delaware, Rhode Island y Nueva York, seis estados que, como subrayaron sus gobernadores en una rueda de prensa telemática, son vecinos y se encuentran estrechamente conectados.
En este sentido, el gobernador de Connecticut, Ned Lamont, hizo mención al "corredor" de transporte que conecta especialmente Nueva York, Nueva Jersey y su región, y explicó que los principales focos de expansión del virus están vinculados con las vías de comunicación que unen los tres estados.
En "el corredor formado por la carretera Interestatal 95 y el tren (Metro North) tenemos cientos de miles de personas que continuamente vienen y van entre Nueva York y Connecticut. Es un corredor de comunicación pero también es el corredor de la COVID-19 y es por eso por lo que es tan importante que trabajemos juntos en esto", dijo.
"Al virus no le importan las fronteras estatales y a nosotros tampoco", declaró por su parte la gobernadora de Rhode Island, Gina Raimondo, que, como el resto de responsables políticos, todos ellos del Partido Demócrata, alabaron el "liderazgo" de su homólogo de Nueva York, Andrew Cuomo, por consolidar esta iniciativa.
Y LOS DE LA COSTA OESTE TAMBIÉN
Mientras en la costa oeste de EE.UU., los gobernadores de California, Oregón y Washington informaron de un acuerdo similar para trabajar de forma compartida la estrategia de lucha contra el nuevo coronavirus causante de la COVID-19 y buscar fórmulas para reabrir la economía de la región, indicó la oficina del responsable californiano, Gavin Newsom.
Los tres estados se comprometieron en actuar en "estrecha coordinación y colaboración" para garantizar que el virus no se "propague de manera salvaje" en la zona y tener enfoque compartido para reabrir sus economías.
"Necesitamos ver una disminución en la tasa de propagación del virus antes de la reapertura a gran escala, y trabajaremos en coordinación para identificar las mejores métricas para guiar esto", explicaron.
Trump había vaticinado a finales de marzo que el país podría volver a la normalidad el 12 de abril, fecha que coincidió este año con el Domingo de Pascua, pero tuvo que posponer esta decisión y prorrogar hasta el 30 de este mes las medidas para combatir el coronavirus, ante su propagación y la opinión contraria de los expertos.
UNA ECONOMÍA HERIDA POR EL CORONAVIRUS
Con buena parte del país confinado, la economía estadounidense -cuyas buenas cifras eran exhibidas por Trump como el principal logro de su Administración- ha sufrido un gran impacto por esta crisis sanitaria.
En apenas 21 días, casi 17 millones de trabajadores se han quedado sin su puesto de trabajo. De cifras de cercanas al pleno empleo, la tasa de desocupación en EE.UU. escaló a 4,4 % en marzo, la mayor desde 2017 en el país.
La economía estadounidense perdió igualmente en marzo pasado un total de 701.000 puestos de trabajo.
Y mientras Trump, que en noviembre se jugará su reelección, cuenta los días para retomar la normalidad, el mensaje de las autoridades sanitarias es de un "cauto optimismo", dijo el domingo el director del Instituto Nacional de Alergias y Enfermedades Infecciosas (NIAID, en inglés), Anthony Fauci.
En una entrevista este domingo, Fauci estimó que la cuarentena podría levantarse parcialmente "quizá el próximo mes", sin comprometerse con una fecha exacta.
Bernie Sanders anuncia respaldo a candidatura presidencial de Joe Biden
Sanders canceló su campaña presidencial la semana pasada, un día después de las primarias de Wisconsin, cuyos resultados todavía no han sido anunciados, aunque partía como favorito Biden.
Washington, 13 de abril (EFE).- El senador izquierdista Bernie Sanders, que la semana pasada se retiró de la carrera demócrata para la nominación del partido a las elecciones presidenciales de noviembre en Estados Unidos, expresó este lunes su apoyo al que ha sido su rival, el exvicepresidente Joe Biden.
"Te necesitamos en la Casa Blanca. Haré todo lo que pueda para ver que eso pasa, Joe", dijo Sanders durante una emisión en directo de la campaña del que fuera vicepresidente de Barack Obama (2009-2017), en la que participaron ambos desde sus respectivas casas en Delaware y Vermont.
"Hoy -continuó Sanders- pido a todos los estadounidenses, pido a todos los demócratas, pido a todos los independientes, pido a muchos republicanos que se unan a esta campaña para apoyar tu candidatura, que yo apoyo para asegurarnos de la derrota de alguien quien creo -y ahora estoy hablando por mí- es el presidente más peligroso en la historia moderna de este país".
Sanders canceló su campaña presidencial la semana pasada, un día después de las primarias de Wisconsin, cuyos resultados todavía no han sido anunciados, aunque partía como favorito Biden.
El senador por Vermont era el último aspirante demócrata que disputaba a Biden la nominación del partido para las presidenciales.
El exvicepresidente agradeció a Sanders su respaldo a través de la emisión en directo de su propia campaña, que lleva utilizando desde que se suspendieron los eventos físicos por la propagación de COVID-19.
"Creo que tu respaldo significa algo muy importante. Significa mucho para mí -indicó Biden-. Creo que la gente se va a sorprender de lo apartados que estamos en algunos asuntos, pero de lo extremadamente próximos que estamos en otros".
Biden también bromeó con el hecho de que el apoyo del senador por Vermont le haya convertido prácticamente en el candidato oficial demócrata a la Presidencia: "Si soy el candidato, lo que parece que ya me has hecho ser, voy a necesitarte, no solo para ganar la campaña, sino para gobernar", dijo.
Sanders, quien se define como un socialista demócrata, basó su campaña en una ambiciosa agenda para instaurar un sistema de salud público y gratuito en EE.UU.
El senador por Vermont ya intentó lograr la candidatura demócrata en 2016, pero fue derrotado en las primarias del partido por la exsecretaria de Estado Hillary Clinton, quien perdió en las generales contra el actual presidente, Donald Trump.
Sanders ha manifestado su respaldo a Biden mucho antes de cuando lo hizo con Clinton, a quien dio su apoyo en julio de 2016, más de un mes después de que la exsecretaria de Estado hubiera conseguido suficientes delegados para lograr la nominación en la convención del partido.
Biden todavía tiene que conseguir una mayoría de compromisarios para consagrarse como candidato de los demócratas, algunos de los cuales en 2016 acusaron a Sanders de no haber trabajado suficiente para convencer a sus partidarios de que votaran por Clinton.