Oscar Pérez, jefe del Departamento de Policía de Providence: “He trabajado muy duro para llegar a este puesto”

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En una entrevista exclusiva con Acontecer Latino, el coronel Pérez habla de su trayectoria en la Policía de Providence, momentos especiales y otros difíciles que le ha tocado enfrentar antes y durante su recién estrenada jefatura.

PROVIDENCE, RI.- Patrullero, oficial antidrogas y antipandillas, agente encubierto, detective, encargado de disciplina interna, policía comunitario, capitán, subjefe y ahora coronel, Oscar Pérez quemó todas las etapas antes de convertirse en el primer hispano que lidera el Departamento de Policía de Providence, desde que esa institución fue creada en agosto de 1864, es decir, hace casi 159 años.

Pérez, que llegó a esta ciudad desde su natal Colombia a la edad de 13 años y sin tener dominio del idioma inglés, dice estar orgulloso no sólo por alcanzar este logro histórico sino porque a lo largo de su carrera policial de casi 30 años nunca “brincó” un rango, pues todas sus promociones las obtuvo “a punta de exámenes”.

Su vocación por ser policía la descubrió siendo apenas un niño, a principios de los 80, cuando en vez de dejarse arrastrar por la criminalidad que le rodeaba decidió que algún día se convertiría en un agente de cumplimiento de ley, profetizando el que sería un futuro promisorio para un joven de escasos recursos que en aquel entonces no tenía más que una visión.

En una entrevista exclusiva con Acontecer Latino, el coronel Pérez habla de su trayectoria en la Policía de Providence, momentos especiales y otros difíciles que le ha tocado enfrentar antes y durante su recién estrenada jefatura. A seguidas, la entrevista en detalle:

¿Cómo se siente de llegar a ser el primer hispano en ocupar esta posición?

Realmente es un orgullo ser el primer policía de raza latina en llegar a este puesto, un puesto que solamente lo han tenido 39 personas en la historia de este departamento, que es un departamento de los originales, de los más viejos, que empezaron en 1864. Para mí es un orgullo y un honor porque me crie aquí, en la ciudad de Providence. Llegué aquí como inmigrante, desde Colombia. Entré a estudiar en la escuela aquí, en Providence, en la Roger Williams y en la Central High School. Llegué a la edad de 13 años. Diez años más tarde, a los 23, entré en la Academia de Policía. Esto me hace sentir verdaderamente orgulloso porque uno como inmigrante, imagínate, tener este puesto y ser el líder de la policía, donde hay americanos acá que están en el mismo proceso, que tienen familias en la policía, que han crecido acá en la policía, han tenido historias de familia, que el abuelo fue policía, el sobrino fue policía, el papá fue policía, entonces para mi llegar a esta meta sin tener todas esas oportunidades es un orgullo. Es un ejemplo también para la juventud de esta ciudad, de que aun si eres inmigrante y si llegas aquí sin saber inglés, si pones las fuerzas, tú vas a llegar.

¿Ser latino en algún momento fue un inconveniente para usted avanzar dentro del liderazgo policial?

Yo empecé a aplicar en 1989. Yo salí de la High School en el 88 y un año después comencé a aplicar. En ese tiempo aplicaban tres mil personas y era muy competitivo y también muy difícil entrar a la Policía. Pero yo creo que lo que me ayudó a mí fue, precisamente, ser hispano y hablar otro idioma, porque me imagino que en ese tiempo no aplicaban muchas personas hispanas. Yo pasé el examen físico, el escrito, entonces cuando llegué a los finales hubo un profesor en la Central High School, que era muy conocido en la ciudad, que me dio una carta de referencia, y él yo creo que fue quien me dio ese empujón para entrar en el grupo escogido de 60 oficiales, entre los tres mil y pico que aplicaron. Ese profesor fue el doctor Álvarez, en cuyo nombre fue designada la High School. Él fue mi maestro de matemáticas, ciencias, una persona muy hermosa que ayudaba mucho a los inmigrantes y a mí me trató  con mucho cariño. Otro profesor que me ayudó fue Astudillo. Yo terminé la escuela en el 88 y me gradué de la Policía en el 94.

¿Por qué escogió el oficio de policía?

Desde que estaba en Colombia le cogí un amor a esa profesión porque para mí los oficiales son unos héroes, trabajan muy duro. Cuando estaba en Colombia veía el trabajo de ellos y los admiraba. Llegue a este país, y viví en el Sur de Providence, y también admiraba el trabajo que hacían los policías porque vivía en un área caliente, era la Elma, y en la Elma había una ganga que le decían la Elma Street. Imagínate, uno como inmigrante, sin hablar inglés, tenía que salir de su casa y encontrar gente vendiendo droga en las escaleras de uno. Entonces mi hermano -que también es policía- y yo, cuando llegaba la policía empezamos a mirar el trabajo de ellos. Era tanto que me gustaba que cuando me gradué de la High School en el ´Year Book´ (Anuario Escolar) yo puse que mi ´goal´ (meta) era ser detective. Apliqué en muchos departamentos, en la Policía del Estado, en Warren… ahí (en Warren) llegue dos veces a estar en la lista de cinco de miles que aplicaron pero no me cogieron, y gracias a Dios me cogió Providence porque yo me crie aquí y esto es lo mío.

Usted tiene casi tres décadas en la policía de Providence, ¿cómo ha visto la evolución de este departamento a través de los años? 

Completé 29, estoy en el año 30. El departamento ha cambiado mucho. En los 90 la policía era más tradicional, su trabajo era meter a la gente presa. Obviamente no existían todas estas organizaciones para lidiar con salud mental que trabajan con la policía ahora, como el Providence Center, Family Service of Rhode Island, entonces estábamos en unidades especiales de narcóticos, de pandillas, y todo era ponerle las esposas a la gente y encarcelarlos. Ahora no, ahora hay muchos programas. Ese concepto de policía comunitaria es un concepto que realmente ha evolucionado y eso ha cambiado mucho la profesión del policía. Nosotros nos volvimos sicólogos, mentores, a veces hasta los policiales en la escuelas, que eso era algo que no existía, ayudando en la ciudad, con otra mentalidad; hacer iniciativas con niños, todas esas cosas que verdaderamente ayudan también a calmar la criminalidad. 

Treinta años es para usted más de la mitad de su vida. ¿Cuál ha sido la experiencia en este trabajo que más lo ha marcado?

Ha habido muchas pero creo que los programas educativos en Harvard y el del FBI (Buró Federal de Investigaciones), sobre police management (gestión policial) pero creo que mi asignación en la policía comunitaria, porque yo fui uno de los que empezó en ese tiempo en el 96 o el 97. Ahí fue que me di cuenta de que muchas personas necesitaban de consejo. Empecé a hablar en las escuelas, aconsejar a los muchachos, actuar como un mentor. Recuerdo un caso. Yo estuve en Chad Brown e iba manejando por la Chalkstone Avenue, entonces veo a una madre, que yo ya la había conocido, la vi llorando en la puerta de su casa. Era un 24 de diciembre. Me dice que a la niña la violaron y me dice fue mi novio y está en la sala. Inmediatamente lo metimos presos. Al entrar en la casa nos dimos cuenta de que no había Christmas tree (árbol de Navidad) al otro dia hicimos una colecta y compramos un árbol y regalos para la niña. 

He tenido casos muy duros pero, como minoría, uno siempre trata de hacer las cosas bien. Yo no quería ser un policía “average” (promedio o del montón). Me metía en todas las unidades especiales para hacer ver que yo también era capaz, trabajé en las “gangas” (pandillas), narcóticos, unidades especiales de armas, drogas; trabajé como “undercover” (agente encubierto) en una operación de drogas y una vez me arrastraron en un carro. También hubo incidentes en los cuales he usado mi arma´, como el caso que ocurrió en la 95 (cerca del conector de las rutas 6 y 10 frente al Mall de Providence). Yo era el oficial de más alto rango que le tocó usar el arma ese dia. Siempre he estado activo, me ha ido bien, pero me ha tocado trabajar duro, porque me ha tocado abrir puertas. Todas las personas tienen sus propias “bias” (prejuicios) y tienes que mostrar con acciones de lo que eres capaz.

Estuve también en la Junta de Libertad Condicional por seis años, la gobernadora Raimondo me puso ahí, y le di oportunidades a personas que habían cometido crímenes, porque yo pienso que un incidente no define a  una persona. Yo me baso en los cambios que hicieron personalmente, en cómo hablan y se expresan del crimen, sus acciones. Hay personas que han conseguido diplomas en la cárcel. Yo conocí muchas personas inteligentes en la cárcel que desafortunadamente cometieron un error, muchas veces por actuar de manera violenta, por estar borrachos, por celos, problemas sociales, de pobreza. Creo que hay personas que cambian.

¿Cuál es su meta principal como jefe de Policía de Providence?

Me gustaría ver muchas más minorías, porque creo que es importante que el Departamento de Policía refleje la comunidad. También pienso que es muy importante el entrenamiento de la policía en lo que es la diversidad en la ciudad, las diferentes culturas, la historia, que el policía entienda eso, porque es muy importante. Un policía bien entrenado va a evitar muchos problemas. Un policía que sabe lo que es compasión, empatía, un policía que entiende los problemas sociales…realmente me pongo yo como ejemplo, porque uno en Colombia entiende que cuando se llega a una casa a lidiar con problemas de familia, cuando usted entra a esa casa sabe lo que está pasando y si hay necesidades de escalar la fuerza o aconsejar, y lidiar con muchos diferentes problemas es muy importante el entrenamiento, y esa es mi visión

¿Cómo está reflejada actualmente la diversidad dentro de esta organización? 

Hay muchos más hay unos 100 y pico, entre mujeres y hombres. Cuando yo empecé éramos muy pocos. Yo era uno tal vez de 20, en ese tiempo. Eso es contando, obviamente, hispanos, asiáticos, afroamericanos. Tenemos un total de 130 policías bilingües, que hablan diferentes idiomas además del inglés: español, portugués, creole, francés, hasta árabe y monk. 

¿De qué manera se propone estrechar la relación de la policía de Providence con la comunidad? 

La ciudad está dividida en nueve distritos, cada distrito tiene un teniente que es encargado de lo que es la calidad de vida. Es muy importante para mí que ese teniente se encargue de que los oficiales que trabajen bajo su mando hagan alianzas con diferentes organizaciones, con diferentes miembros de diferentes comunidades, personas sin hogar, dueños de negocios, los directores de las escuelas, los jóvenes. Eso se logra yendo hacia esos públicos pero para eso se necesita un buen presupuesto, porque yo miro eso como un lujo, porque nosotros somos oficiales que respondemos a las llamadas. Un oficial que tenga su tiempo para ir a hablar, caminar por la calle, montar bicicleta, hablar con los negocios, muchas veces eso significa hacer tiempo extra, o tener oficiales extra, y esos son lujos que necesitamos un buen presupuesto para poder ofrecer ese tipo de servicios. La gente se pregunta ¿por qué la policía no está caminando? y es porque esos verdaderamente son lujos y eso lo paga el oficial que tiene que responder a sus llamadas. En este momento estamos en 409 oficiales y estamos tratando de incrementar esos números porque la ciudad ha cambiado, la población y las necesidades de la ciudad han cambiado, los festivales se están poniendo mucho más grandes, todo ha crecido; hay más construcción, las universidades. Cuando yo entré a la policía en los 90 el downtown no era lo que es ahora, la comunidad no era lo que tenemos ahora, hasta la Broad ha cambiado.

¿Cuál será su estrategia para controlar la criminalidad en Providence?

Lo más importante para todos es la calidad de vida. Por ejemplo, el problema de las ATV, yo tengo una unidad específica de inteligencia creada para ese tipo de actividad. Es una unidad nueva y también trabaja con las unidades de narcóticos y de inteligencia. Me gustaría hacer que los tenientes en los distritos se involucren más en este concepto de comunidad porque, como te explique ahorita, en sus distritos ellos son la cara del departamento y me gustaría que se integren más en el concepto de policía comunitaria para trabajar por la calidad de vida de la gente, teniendo programas en las escuelas de sus distritos, dándose cuenta de cuáles son las ´non profits´ (organizaciones sin fines de lucro), los ´hot spots´ (zonas calientes) que están creando problemas,  formar alianzas con las organizaciones dentro de las comunidades de ellos, ya que esto va a ayudar no solamente a sus distritos sino a la ciudad. Me gustaría esa visión, que esos comandantes se integren un poquito más en sus distritos, en la calidad de vida, porque es que, como se mantienen tan ocupados, están más enfocados en los números violentos, cuando hay otros problemas importantes muchas veces en la comunidad. Todo el departamento tiene que tener esa misma visión. No es un policía, no son dos, esa relación es importante para todos, porque nos ayuda a arreglar los problemas sociales

¿Situación actual de la delincuencia en la ciudad

El crimen está un poco más bajo que hace cinco años, en este momento ha habido tiroteos y muertes en la ciudad. Esto causa nervios, pero nosotros nos encargamos de asegurarnos que se identifique ese 10 por ciento que está causando problemas. Nosotros trabajamos con los federales, con la Junta de Libertad Condicional. Muchas veces hay muchachos que reinciden, hay que tratar de ofrecerles recursos. Hay muchos que cogen esa oportunidad, como hay otros que no. La delincuencia no está en toda la ciudad, aqui hay mucha gente buena. Es un 10 por ciento que causa problemas.

También hay muchas armas de fuego en la calle y como hay tantas opciones…En el 2021 empezó todo el mundo a comprar armas, para mí creo que es importante estar encima de eso. Tenemos una unidad contra pandillas, esos oficiales están entrenados. Desafortunadamente los pandilleros andan armados y necesitamos que ellos sepan que hay policías activos. Este problema de las armas está pasando en la nación completa, pero si comparamos ciudades como Chicago, que son más grandes nosotros, afortunadamente no estamos a ese nivel. 

El problema de los homeless (personas sin hogar) que hay muchos en la ciudad es un problema social que afecta la calidad de vida; tratar de ofrecerles recursos para que encuentren donde irse. La violencia de pandillas o gangas, que era mucho más fuerte a principios del 2000. No sería realista si digo que no hay pero esos grupos de muchachos están en ciertas áreas de la ciudad, ellos traen eso de otros países y aqui se incorporan.

Afortunadamente tenemos organizaciones como el Providence Center, Family Service of Rhode Island, Non Violence Institute, Providence Housing, y como ellos hay muchos, pero con estos cuatro trabajamos muy de cerca. La alianza con los primeros por ejemplo, nos ayudó a entender la necesidad de tener un civil especializado para trabajar los problemas de salud mental

¿Han sido receptivos su compañeros de uniforme a su forma de liderazgo?

Yo tengo muy buenas relaciones con mis compañeros. La unión me ha dado muchos halagos, me han dicho que están muy  contentos con mi nombramiento. Yo creo que lo más importante para mí es que yo nunca en mi carrera brinqué un rango, sino que estuve en todos los rangos, en cada paso de la escalera. Yo fui patrullero, sargento, detective, teniente; fui el primer latino que llegó al puesto de capitán en la historia de la policía, y yo llegué a ese puesto de capitán a punta de exámenes. Muchas minorías brincaron rango, estamos hablando de sargento a mayor. Me considero un policía que he hecho mi trabajo profesionalmente, los oficiales me buscan y soy accesible. Yo estuve encargado de lo que es la disciplina de la policía por dos años, y en esas funciones yo eché personas del departamento, le puse esposas a policías que eran amigos míos, que estaban conmigo. Ellos saben que yo soy una persona justa pero también saben que para mí es importante la visión.

En esa misma línea, ¿cómo le afectó el manejo mediático a su vinculación familiar con una persona implicada narcotráfico?

Es un tema delicadísimo, pero para mí es insignificante, porque yo sé quién soy, los ideales que tengo. Soy una persona que ha trabajado muy duro para llegar a este puesto, y uno, obviamente, la familia la quiere, y es importante; cuando tú te mueres ellos son los que se arrodillan ante tu ataúd, pero cada cual tiene su vida y yo, como policía, todo eso es un caso que pasó hace un año y medio, y entonces ahora llegué a ser coronel y sale esto. Yo tengo clara mi misión, tengo este logro; sé que cuando uno llega a un puesto así, tiene que saber que está en la vista del público y cualquier cosa te la van a sacar. Yo siento que al llegar a este número (señalando el 1 en su uniforme) muchos me van a querer, muchos me van a odiar y muchos me van a criticar, pero eso es parte del trabajo. Es un puesto al que solo 39 han llegado y yo soy el primer latino.

Su gestión apenas empieza, ¿pero sabe usted desde ya cuál le gustaría que sea su legado?

Que hice un buen trabajo, que recluté más minorías, que respeté a los oficiales; que aseguré la disciplina, que ayudé a profesionalizar el departamento y que logré que la mirada de la policía cambiara para volverse mucho más comunitaria.

¿Algunas palabras de motivación para juventud de Providence?

Sí tienen la oportunidad de cambiar es importante que tengan una visión. Uno puede hacer cambios para uno y también para beneficio de otros. Para mí fue importante la visión de ser policía. Por ejemplo, el joven que está teniendo problemas sociales o familiares, que es hijo de una madre sola soltera, si se pone a pensar que tiene salud y si tiene la inteligencia para saber que lob lo que está haciendo no está bien, si pone sus esfuerzos para hacer lo que sí es correcto, ellos pueden sobresalir. Me pongo yo como ejemplo. Mi papa era verdaderamente un hombre de disciplina, pero la presión en la calle yo la tuve, viví lo que eran los ochenta en la calle, en Bello Niquía, Colombia, con drogas, con tiroteos. Llegué a este país, a la Broad, a la Elmwood, me metí a boxear (con José Arias, Johnny Arias, mi primo Wilson Pérez), deben encontrar algo que les dé esa disciplina.

Me gustaría que los inmigrantes sepan que esta es una buena profesión. A los padres, que tenemos los Providence Explorer, que guía a los muchachos, los disciplina, y posiblemente lleguen a ser policías. Este es un trabajo para ayudar a las personas, es una buena profesión que les va a dar estudios, gracias a esta profesión yo tengo un bachelor (licenciatura) y un máster (maestría).

 

 

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