La orden aprobada por Cuomo especifica que si otras regiones cumplen con los parámetros fijados para la "reapertura" antes del 28 de mayo, la norma se modificará para que también puedan sumarse a la "fase 1".

Nueva York, 15 de mayo (EFE).- Las autoridades de Nueva York han decidido prorrogar las actuales restricciones para frenar el coronavirus en varias zonas, incluida la Gran Manzana y sus alrededores, hasta el 28 de mayo, mientras partes del estado inician este viernes su "reapertura".

En una orden ejecutiva firmada a última hora del jueves, el gobernador estatal, Andrew Cuomo, extendió la duración de las normas bautizadas como "Nueva York en Pausa", que incluyen la prohibición de reuniones públicas y el cierre de negocios no esenciales, entre otras cosas.

La normativa vigente hasta ahora expiraba este viernes, que es cuando cinco regiones, la mayoría zonas rurales del norte del estado con signos de un menor impacto de la enfermedad, comienzan la "fase 1" de una progresiva reactivación de la actividad.

En esta primera etapa volverán a operar negocios de construcción, manufactura y algunos minoristas, pero con limitaciones.

La orden aprobada por Cuomo especifica que si otras regiones cumplen con los parámetros fijados para la "reapertura" antes del 28 de mayo, la norma se modificará para que también puedan sumarse a la "fase 1".

Los criterios incluyen una bajada durante al menos 14 días de las hospitalizaciones y muertes por COVID-19, que los hospitales tengan al menos un 30 % de capacidad libre y ciertos números de pruebas y personal para el rastreo de contagios disponible, entre otros.

La ciudad de Nueva York y sus alrededores, las zonas más afectadas, no cumplen por ahora con esas disposiciones y según ha avanzado en los últimos días el alcalde de la Gran Manzana, Bill de Blasio, es muy poco probable que las restricciones empiecen a levantarse antes de junio.

La orden ejecutiva firmada por Cuomo prorroga además otras medidas de excepción hasta el 13 de junio, al considerar que la situación que dio pie a declarar el estado de emergencia continúa y continuará durante el futuro próximo.

El estado de Nueva York es el gran epicentro de la pandemia en Estados Unidos y acumula más de 27.600 muertes por la enfermedad, según los últimos datos de la Universidad Johns Hopkins.

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Aún cuatro horas después de la mayor sacudida, la región seguía registrando rélicas, según el Servicio Geológico de Estados Unidos.

Washington, 15 de mayo (EFE).- Una serie de sismos, el mayor de los cuales alcanzó una magnitud de 6,5, estremeció en la madrugada de este viernes el sudoeste de Nevada, unos 330 kilómetros al norte de Las Vegas, sin que se tengan noticias de daños de consideración, informó el Servicio Geológico de Estados Unidos (USGS, en inglés).

El temblor más fuerte ocurrió a las 04.03 horas (11.03 GMT), y su epicentro se situó 56 kilómetros al oeste de Tonopah, una pequeña población de unos 2.500 habitantes.

La profundidad del sismo se ubicó a 2,8 kilómetros, según USGS.

Ocho minutos más tarde, otro temblor de magnitud 4,6 tuvo su epicentro 61 kilómetros al sudeste de Hawthorne, en la misma zona del sudeste de Nevada, seguido un minuto después por otro movimiento sísmico de 4,9 al oeste de Tonopah.

Los movimientos sísmicos se repitieron con uno de magnitud 5,1, con epicentro 59 kilómetros al oeste noroeste de Tonopah y otro a las 11.57 GMT en la misma zona y que registró una magnitud de 4,7.

Aún cuatro horas después de la mayor sacudida, la región seguía registrando pequeños temblores, según USGS.

La Jefatura de Policía del Condado Mineral dio cuenta de algunos daños en la autopista interestatal 95 cerca de Tonopah, pero no hubo informes inmediatos sobre daños de consideración o heridos.

"El Departamento de Transporte de Nevada, la Jefatura de Policía del Condado Mineral, la Jefatura de Policía de Esmeralda y la Patrulla de Caminos de Nevada colaboran para evaluar los daños en la ruta 95 y sus cercanías", indicó un comunicado difundido por medios locales.

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Para paliar los estragos económicos, la Reserva Federal ha lanzado todo su arsenal monetario con inyecciones masivas de liquidez en los mercados financieros, compras masivas de deuda y ha bajado los tipos de interés prácticamente al 0 %.

Washington, 14 de mayo (EFE News).- Dos meses después de que la pandemia del COVID-19 empezó a golpear el mercado laboral de Estados Unidos, casi 37 millones de personas han solicitado el subsidio por desempleo, y la semana pasada se iniciaron más de 2,9 millones de trámites de personas que perdieron sus trabajos.

El dato de la semana pasada, divulgado por el Departamento de Trabajo y que supera la expectativa de los expertos, indica que continúa el impacto de la pandemia, especialmente en el comercio minorista, mientras el gobierno federal, los gobiernos estatales, las autoridades sanitarias y la opinión pública continúan divididos acerca del ritmo en que tiene que llevarse a cabo el retorno a la actividad económica normal.

ARSENAL MONETARIO

Para paliar los estragos económicos, la Reserva Federal ha lanzado todo su arsenal monetario con inyecciones masivas de liquidez en los mercados financieros, compras masivas de deuda y ha bajado los tipos de interés prácticamente al 0 %.

Asimismo, el Congreso ha aprobado varios programas de estímulo fiscal por valor de casi 3 billones de dólares.

El informe semanal de los subsidios por desempleo llevó en los primeros compases de los mercados a una caída de 417 puntos, o el 1,8 % en el índice del Dow Jones, una similar en el índice Standard & Poor de 500 títulos, y una del 1,65 % en el índice compuesto Nasdaq.

El efecto de la pandemia del COVID-19 en el mercado laboral de la mayor economía del mundo alcanzó una cima de 6,87 millones de solicitudes del subsidio por desempleo en la última semana de marzo, y desde entonces las solicitudes semanales han ido aminorándose.

Después de los 3,17 millones de trámites iniciados en la semana que terminó el 3 de mayo, los analistas habían calculado unos 2,5 millones de pedidos para la semana que terminó el 9 de mayo.

El informe del gobierno indica que el promedio de solicitudes en cuatro semanas, que atenúa las fluctuaciones semanales y da mejor idea de la tendencia, se situó en 3,61 millones de trámites, comparado con un promedio de 4,18 millones hasta la semana anterior.

Florida, California, Georgia, Texas y Nueva York fueron los estados donde hubo mayores aumentos en las solicitudes de subsidio por desempleo, indicó el Departamento de Trabajo.

En la semana que concluyó el 2 de mayo había 22,83 millones de personas que percibían las prestaciones por desempleo, esto es el 15 % de a fuerza laboral, comparado con 22,37 millones en la semana previa.

NIVELES SIN PRECEDENTES

La semana pasada, el Departamento de Trabajo informó de que el índice de desempleo se disparó en abril 10,3 puntos porcentuales, hasta alcanzar una tasa del 14,7 %, un nivel sin precedentes desde la Gran Depresión de 1930.

Debido a la oleada de despidos provocada por las medidas de distanciamiento físico y cierres de negocios para combatir la dispersión del coronavirus, el desempleo ha pasado en EE.UU. del 4,4 % registrado en marzo al 14,7 % el mes siguiente, el mayor incremento de este indicador nunca visto hasta la fecha.

David Mericle y Ronnie Walker, dos economistas de Goldman Sachs Group, han revisado sus cálculos sobre el nivel al que podría llegar el desempleo, pasando de un 15 % a un 25 %, y estimaron que la tasa se mantendrá en alrededor del 10 % hacia fin de año, el mismo nivel que marcó en octubre de 2009, cuando el país salía de la Gran Recesión.

Las cifras contrastan con las que durante varios meses y hasta febrero mostraban un promedio de solicitudes de subsidio por desempleo de 250.000 por semana, y la tasa de desempleo se mantenía en torno al 3,5 %, la más baja en medio siglo.

El Departamento de Comercio ha informado que la actividad económica se contrajo a un ritmo anual del 4,8 % en el primer trimestre de 2020 por los efectos de la pandemia del coronavirus. Se trata de la mayor caída desde el último trimestre de 2008, con el estallido de crisis financiera que provocó la Gran Recesión, en el que la economía se redujo a una tasa anual del 8,4 %.

Como contraste, la actividad económica en 2019 registró una expansión del 2,1 %.

Estados Unidos alcanzó este miércoles la cifra de 1.389.935 casos confirmados de COVID-19 y la de 84.059 fallecidos, de acuerdo con el recuento independiente de la Universidad John Hopkins.

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Washington, 14 de mayo (EFE News).- El senador Richard Burr renunció este jueves del cargo de presidente del Comité de Inteligencia de la Cámara Alta por una investigación contra él y otros legisladores que supuestamente vendieron grandes cantidades de acciones bursátiles poco antes del derrumbe de los mercados financieros por la pandemia del coronavirus.

En un comunicado, el líder de la mayoría republicana en el Senado, Mitch McConnell, anunció la decisión de Burr y anticipó que se hará efectiva mañana.

“El senador Burr me contactó esta mañana para informarme sobre su decisión de apartarse como presidente del Comité de Inteligencia", señaló McConnell, quien indicó que acordaron que "sería lo mejor" para esa comisión mientras están pendientes de resolución las pesquisas.

Medios locales informaron que agentes del Buró Federal de Investigaciones (FBI) se incautaron el miércoles del teléfono móvil del senador en el marco de la investigación por la venta de acciones.

Según la cadena de televisión CNBC, Burr declaró a los periodistas este jueves que el FBI visitó su casa en Washington DC, dentro de esa indagación, y pidió dejar que se desarrolle.

Burr, quien aseguró que está cooperando "desde el principio", consideró que la investigación es una "distracción del arduo trabajo del comité" de Inteligencia.

La venta de acciones fue desvelada primero por ProPublica, una organización independiente y sin ánimo de lucro de periodismo de investigación, y, de acuerdo a lo difundido en medios de comunicación, los senadores tuvieron acceso entre finales de enero y principios de febrero a informes especiales de agencias federales que contenían serias advertencias sobre el coronavirus.

Burr, senador republicano por Carolina del Norte, se deshizo de acciones valoradas entre 600.000 dólares y 1,62 millones en febrero, poco antes de que la Bolsa de Wall Street entrase en caída libre y llegase a registrar mínimos desde 1987.

En un comunicado emitido el pasado 20 de marzo, Burr defendió su comportamiento al asegurar que se basó "exclusivamente en noticias públicas" para guiar su decisión de vender acciones.

La legisladora demócrata Alexandria Ocasio-Cortez ha afirmado en Twitter que Burr "tuvo informes privados sobre el coronavirus hace semanas".

"Sabía lo malo que sería. Dijo la verdad a sus donantes adinerados, mientras aseguraba al público que iban a estar bien. DESPUÉS vendió 1,6 millones en acciones antes del derrumbe. Tiene que dimitir", indicó la congresista.

Según la prensa, la también senadora republicana Kelly Loeffler, casada con el presidente de la Bolsa de Nueva York, hizo varias operaciones de venta de acciones por un valor estimado entre 1 y 2,5 millones de dólares.

Por su parte, la demócrata Dianne Feinstein, senadora por California, y el republicano James Inhofe, que representa a Oklahoma, llevaron igualmente a cabo masivas ventas de sus activos bursátiles antes del abrupto giro a la baja de los mercados financieros.

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