Washington, 23 de octubre (EFE).- "Soy la persona menos racista de esta sala". Así se definió el presidente Donald Trump, al defender que su legado antirracista es solo comparable al de Abraham Lincoln, quien abolió la esclavitud, en el que fue uno de los momentos más destacados del último debate que le enfrentó al demócrata Joe Biden antes de las elecciones del 3 de noviembre.

A diferencia del amargo primer debate de hace un mes, que dejó para la posteridad el "¿Por qué no te callas, hombre?" de Biden a Trump, el de este jueves fue un debate tenso pero clásico y civilizado, que no dejó grandes momentos virales pero sí los fragmentos destacados a continuación.

EL ABRAHAM LINCOLN DEL S.XXI

En el bloque sobre racismo en EE.UU., Trump de definió a sí mismo como "la persona menos racista de esta sala", en una sala en la que, Biden a un lado, solo estaba Kristen Welker, la moderadora del debate, que es afroamericana.

Además, su comparación con el presidente que abolió la esclavitud provocó la mofa de Biden: "Este Abraham Lincoln es uno de los presidentes más racistas que hemos tenido en nuestra historia moderna. Vierte gasolina a cada fuego racista".

"CON HITLER TUVIMOS UNA GRAN RELACIÓN"

Al debatir sobre política exterior, Biden le afeó al presidente su relación con el líder norcoreano, Kim Jong-un.

"¿Corea del Norte? -se defendió Trump-. No estamos en guerra. Tenemos una buena relación. La gente no lo entiende, tener una buena relación con líderes de otros países es algo bueno".

Pero el que fuera vicepresidente de Barack Obama entre 2009 y 2017 traía preparada una respuesta: "Con Hitler tuvimos una gran relación antes de que, de hecho, invadiera Europa, el resto de Europa".

BIDEN SE DISTANCIA DE OBAMA

Como ya hizo durante las primarias demócratas, Biden renegó este jueves de la política migratoria de Obama, quizás el único de sus legados que no se atribuye, mientras Trump le preguntaba insistentemente: "¿Quién construyó las jaulas, Joe?".

"Yo seré presidente, no vicepresidente", respondió Biden, que de este modo se sintió libre para criticar a Trump por haber usado la separación familiar como arma migratoria, una estrategia que ha dejado como secuela que 545 menores no encuentren ahora a sus padres.

"Es algo criminal (...) Hace que seamos el hazmerreír del mundo y viola todo los conceptos de lo que somos como nación", dijo Biden.

"Los estamos tratando tan bien, están en instalaciones que son tan limpias", respondió el mandatario.

LA VACUNA, EN SEMANAS

Presionado por las encuestas que le van claramente en contra y por los casi 50 millones de estadounidenses que han depositado ya sus votos, Trump aprovechó la primera oportunidad que tuvo para prometer la aprobación de una vacuna anticovid-19 "en semanas".

"No es una garantía, estará para finales de año, pero creo que hay una alta probabilidad que dos farmacéuticas (la tengan) en cuestión de semanas y creo que se distribuirá de forma muy rápida", aseguró el presidente.

Biden, por su parte, ennegreció el panorama esperanzador pintado por Trump y alertó de un "invierno oscuro" con la pandemia del coronavirus desatada.

CORRUPTO QUIÉN

Uno de los momentos más amargos del cara a cara ocurrió en el bloque sobre política exterior, cuando el debate derivó en señalamientos mutuos corrupción, conflictos de intereses y pagos provenientes de Gobiernos extranjeros.

Biden negó haber ingresado "un solo centavo" del exterior cuando Trump le acusó haber recibido pagos de Rusia, de haber puesto a su hijo Hunter en la dirección de una compañía gasística ucraniana y de haber facilitado negocios para sus hermanos en sitios como Irak.

"El tipo que se metió en problemas en Ucrania fue este (Trump), que intentó sobornar al Gobierno ucraniano para que dijera algo negativo sobre mí, lo que no hicieron", afirmó Biden respecto al episodio que ocasionó el juicio político contra el presidente.

"Esto es un montón de basura", reiteró el demócrata después de que Trump insistiese en que Biden es "un político corrupto" que se hace pasar por un "inocente bebé".

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Washington, 23 de octubre (EFE).- Un adolescente arrestado en el estado de Carolina del Norte con una camioneta en la que llevaba armas y explosivos merodeó a unos seis kilómetros de la casa del candidato presidencial demócrata estadounidense, Joe Biden, con una lista de tareas que incluía "ejecutarlo", según indican documentos judiciales.

Alexander Hillel Treisman, de 19 años, fue procesado en septiembre bajo cargos de pornografía infantil y las acusaciones están contenidas en una orden de detención presentada este mes en el Tribunal de Distrito Federal de Durham, en Carolina del Norte.

Según esos documentos, divulgados este viernes por medios locales, los empleados de un banco en Kannapolis, al nordeste de Charlotte, dieron cuenta el 28 de mayo de la presencia de una camioneta blanca, aparentemente abandonada.

Dentro del vehículo la policía encontró cuatro fusiles, incluido uno de asalto Sig Sauer, una pistola de 9 milímetros, un cilindro con materiales explosivos, cajas de munición, dibujos de cruces esvásticas y aviones estrellándose contra edificios, así como 500.000 dólares en efectivo.

Los cargos indican que entre marzo y mayo, Treisman mantuvo en redes sociales un meme con la pregunta "¿Debería matar a Joe Biden?", y buscó el domicilio del exvicepresidente quien, para entonces, era ya el candidato presidencial seguro del Partido Demócrata en las elecciones del 3 de noviembre.

Asimismo, el sospechoso buscó en internet información sobre las leyes estatales sobre armas de fuego, y aparatos de visión nocturna.

Los documentos judiciales indican que Treisman compró un fusil de asalto AR-15 en New Hampsire y condujo su vehículo a un restaurante Wendy's ubicado a unos 6 kilómetros de la residencia de Biden.

Según el Buró Federal de Investigaciones (FBI), el sospechoso, que reconoció a los agentes su interés por los atentados terroristas y los tiroteos masivos, había escrito una lista de tareas a realizar en la que marcó "ejecutar".

El FBI también encontró "un total de 1.248 videos y 6.721 imágenes de pornografía infantil, así como 637 videos e imágenes de pornografía infantil que contienen escenas de sadismo y/o masoquismo", según los documentos judiciales.

La policía de Kannapolis arrestó a Treisman el 28 de mayo, cuando fue a buscar su camioneta al estacionamiento donde la había dejado, después de que la policía hubiera encontrado en ella las armas y explosivos.

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Helsinki, 13 de octubre (EFE).- Los anticuerpos de los pacientes infectados por covid-19 permanecen en el organismo al menos cuatro meses después del contagio y otorgan inmunidad contra el virus durante ese tiempo, según un estudio publicado este martes por el Instituto Nacional de Salud y Bienestar de Finlandia (THL).

La investigación, elaborada por THL en colaboración con la ciudad de Helsinki, analizó a partir de marzo a un total de 129 personas de 39 familias, en las que al menos uno de sus miembros había dado positivo por covid-19 en una prueba PCR.

El estudio confirmó que 63 de las 64 personas que dieron positivo desarrollaron anticuerpos durante el primer mes de infección, y además, encontraron también anticuerpos en otros 17 individuos que habían dado negativo en la prueba PCR.

Según THL, la cantidad de anticuerpos de los infectados disminuyó durante el seguimiento, aunque cuatro meses después de la infección casi todos los individuos seguían teniendo tanto anticuerpos que detectan la nucleoproteína viral como anticuerpos neutralizantes del virus.

"Los resultados de este estudio confirman la evidencia de que los anticuerpos producidos tras una infección natural y su potencial inmunidad durarían al menos cuatro meses", afirmó en un comunicado Merit Melin, directora de investigación de THL.

Melin admitió que todavía no se sabe con certeza qué tipo de inmunidad es la que protege al organismo humano contra una nueva infección por covid-19, aunque los expertos creen que es la que proporcionan los anticuerpos neutralizantes.

Tampoco se sabe con seguridad cuánto tiempo persisten en el organismo los anticuerpos específicos del virus SARS-CoV-2, causante de la covid-19, ya que las investigaciones realizadas hasta la fecha arrojan resultados muy diversos.

THL tiene previsto continuar su estudio para examinar la prevalencia de los anticuerpos y la posible inmunidad de las personas infectadas después de seis y siete meses, resultados que se esperan para final de este año

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Nueva York, 4 de octubre (EFE).- El alcalde de la ciudad de Nueva York, Bill de Blasio, propuso este domingo a las autoridades estatales el cierre de toda actividad no esencial, incluidos los centros educativos, en los nueve distritos postales de la urbe donde se han detectado brotes de la COVID-19 y en los que el índice de resultados positivos en los análisis se ha mantenido por encima del 3 % durante los últimos siete días.

En un comunicado, el alcalde ha solicitado que la paralización de la actividad no esencial comience el 7 de octubre y ha pedido también que se prohíban las actividades de "alto riesgo" en otros once distritos postales de Nueva York.

La propuesta del regidor, que necesita la aprobación de gobernador Andrew Cuomo para que pueda hacerse efectiva, plantea, entre otras cosas que los restaurantes solo puedan ofrecer comida para llevar y servicio a domicilio y que se cancele el servicio en terrazas y en los comedores interiores.

De Blasio también recomienda que los centros escolares y los negocios no esenciales permanezcan cerrados, al menos, dos semanas y que si en este periodo, el índice de positivos en las pruebas de COVID-19 no se reduce por debajo del 3 % que el cierre continúe otras dos semanas más.

"Los neoyorquinos han trabajado duro para luchar contra la COVID-19 y no estamos haciendo esta recuperación a la ligera, sino que la ciencia guía nuestras decisiones en la ciudad" dijo De Blasio, antes de subrayar la importancia de llevar mascarilla y mantener la distancia social.

Según datos ofrecidos por las autoridades locales, dos de estas zonas llevan catorce días registrando niveles por encima del 3 %, otra por encima del 4 %, en otras dos áreas han superado el 5 % y en el resto están entre el 6 y e 8 % de positivos.

Además, en los otros once distritos donde se recomienda el cierre de las actividades de "alto riesgo", como los gimnasios y las piscinas o el consumo en el interior de bares y restaurantes, el índice de análisis positivos ha fluctuado entre el 2 y el 3 %.

CRÍTICAS DEL GOBERNADOR

Por su parte, el gobernador Andrew Cuomo, que no se ha pronunciado sobre la propuesta de De Blasio, sí que ha acusado a los "gobiernos locales" de no haber realizado un trabajo efectivo en esas zonas postales con brotes.

Además de los picos registrados en la ciudad de Nueva York, especialmente en los distritos de Brooklyn y Queens, también se han detectado brotes en dos condados: el de Rockland y el de Orange.

"Los gobiernos locales no han hecho un trabajo efectivo en estos códigos postales con puntos críticos. El estado hará una aplicación agresiva a partir de mañana", dijo.

Cuomo mostró también su preocupación por lo la escasez de pruebas de COVID-19 en las escuelas y advirtió de que "si las localidades no hacen las pruebas de inmediato en las escuelas de esas áreas, el estado las cerrará inmediatamente".

"Sin las pruebas, no podemos garantizar a los padres y maestros la seguridad de las escuelas", subrayó.

El gobernador también anunció que el estado de Nueva York desplegará personal para hacer cumplir directamente las pautas estatales dentro de estas áreas.

Según datos ofrecidos por Cuomo, en total son 20 códigos postales en todo el estado los que han registrado picos importantes. El índice medio de casos positivos en estas zonas es del 4,8 %.

Cuomo quiso insistir en que en el resto del estado -sin contar las zonas de los brotes- el índice de resultados positivos es del 0,91 %.

Las autoridades informaron por primera vez de la localización de varios brotes el fin de semana pasado. Sin embargo, hasta el momento, no han logrado controlar los brotes mientras aumentan las preocupaciones de que se puedan extender a otras zonas de la ciudad.

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Los Ángeles, 22 de octubre (EFE).- La comunidad LGTBQI en Estados Unidos celebró este jueves con reservas el paso que dio el papa Francisco tras mostrarse por primera vez a favor de que pueda haber una ley de uniones civiles para homosexuales, en el documental "Francesco" del director Evgeny Afineevsky.

"Aunque se trata de un paso importante para que la Iglesia empiece a reconocer los derechos de la comunidad LGTBQI, es paradójico que el papa apoye la creación de leyes que amparen la unión civil entre personas del mismo sexo, pero la Iglesia siga sin permitir el matrimonio religioso entre las personas homosexuales", analizó para Efe Michael, un abogado residente en Los Ángeles.

Este letrado, que prefirió no revelar su apellido de manera pública, sí consideró el gesto del papa Francisco "muy positivo", aunque subrayó que "la Iglesia tiene un largo camino por recorrer con relación al reconocimiento de los derechos LGTBQI".

"Creo que supondrá un paso importante para que los miembros de la comunidad LGTBQI que sean religiosos puedan formar parte de la Iglesia con más libertad y respeto", dijo.

Con esa visión coincidió Nathalie Huerta, fundadora del primer gimnasio "queer" de EE.UU., que se alegró de que el comentario del papa Francisco "envía un mensaje en contra de los legisladores que han tratado de usar la Biblia para justificar sus ataques a los derechos de la comunidad LGBTQI".

"Como lesbiana que creció en un hogar católico estricto, el apoyo del papa me hace sentir vista. Merecemos iguales derechos y protecciones", aseveró en una conversación con Efe.

Estas reacciones llegaron después de que el papa Francisco apareciera públicamente en un documental asegurando que "los homosexuales tienen derecho a estar en una familia".

"Lo que debe haber es una ley de unión civil, de esa manera están cubiertos legalmente", afirma el pontífice en una de las frases a lo largo del documental presentado este miércoles en Roma.

Sobre esta frase, la presidenta y directora ejecutiva de GLAAD, la principal organización de Estados Unidos de defensa de los derechos de las personas LGBTQI, Sarah Kate Ellis, señaló a Efe que manda un mensaje "innegable" a las familias católicas con personas de la comunidad de que todos sus miembros merecen "aceptación y apoyo".

"La aprobación pública del papa Francisco es un paso fundamental y llega en un momento en que la aceptación LGBTQI en todo el mundo y en todas las religiones se está expandiendo y se está convirtiendo, apropiadamente, en la norma", reflexionó en declaraciones a Efe.

La postura favorable del papa Francisco sobre las uniones civiles de homosexuales en un documental ha dado la vuelta al mundo, aunque también generó dudas sobre el origen de sus palabras, pues todo indica a que las expresó en 2019 en una entrevista que, por alguna razón, no se publicó íntegramente.

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Con el contagio de McEnany, ya son doce, sin contar al propio Donald Trump, las personas del círculo del presidente que han dado positivo por COVID-19, y cinco en total las que trabajan en la Casa Blanca.

Washington, 5 de octubre (EFE).- La portavoz de la Casa Blanca, Kayleigh McEnany, anunció este lunes que ha dado positivo por COVID-19, lo que la convierte en la duodécima persona del entorno del presidente estadounidense, Donald Trump, que se contagia de la enfermedad.

"Tras dar negativo constantemente en los tests, incluido cada día desde el jueves, este lunes he dado positivo por COVID-19, aunque no experimento ningún síntoma", escribió McEnany en un comunicado publicado en su cuenta de Twitter.

La portavoz de Trump hizo el anuncio menos de 24 horas después de haber dado una breve rueda de prensa sin llevar mascarilla desde el jardín delantero de la Casa Blanca, en la que respondió a las preguntas de los periodistas durante alrededor de un minuto, algo que también hizo el pasado viernes.

Con el contagio de McEnany, ya son doce, sin contar al propio Donald Trump, las personas del círculo del presidente que han dado positivo por COVID-19, y cinco en total las que trabajan en la Casa Blanca.

Esos cinco enfermos de la Casa Blanca son, además de la portavoz, la primera dama, Melania Trump; la asesora presidencial Hope Hicks; el asistente personal del mandatario, Nick Luna; y un funcionario que trabaja en la oficina de prensa del Ala Oeste, que no ha sido identificado.

Además, otras siete personas cercanas a Trump han dado positivo: el jefe de su campaña de reelección, Bill Stepien; su exasesora Kellyanne Conway; la presidenta del Comité Nacional Republicano (RNC), Ronna McDaniel; los senadores republicanos Mike Lee, Thom Tillis y Ron Johnson; y el exgobernador de Nueva Jersey, Chris Christie.

Al menos cinco de ellos estuvieron en un acto en la Casa Blanca el pasado 26 de septiembre en el que Trump anunció a su nominada para el Tribunal Supremo, la jueza Amy Coney Barrett, quien ha dado negativo hasta ahora.

Otro de los invitados a ese acto, el presidente de la Universidad de Notre Dame, John I. Jenkins, también ha dado positivo por el virus, aunque no forma estrictamente parte del círculo cercano a Trump.

El contagio de McEnany podría repercutir en nuevos positivos entre los periodistas que han estado en contacto con ella: hasta ahora, al menos tres reporteros que cubrieron recientemente actos del presidente han dado positivo por el virus, según la Asociación de Corresponsales de la Casa Blanca (WHCA, en inglés).

La WHCA emitió este lunes un comunicado en el que deseó una "rápida recuperación" a McEnany y aseguró que por ahora, no está al tanto de "más casos entre periodistas que cubren la Casa Blanca, aunque algunos están esperando el resultado de sus tests".

Al hacer el anuncio, la portavoz de Trump defendió que siguió trabajando los últimos días pese al diagnóstico del presidente porque es una "trabajadora esencial", y que cuando el pasado jueves dio una rueda de prensa en la Casa Blanca, no sabía que Hicks había dado ya positivo por COVID-19 ese día.

"Dado mi test positivo, comenzaré el proceso de cuarentena y seguiré trabajando por el pueblo estadounidense de forma remota", concluyó McEnany.

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Washington, 3 de octubre (EFE).- El equipo médico que atiende al presidente Donald Trump en un hospital militar aseguró este sábado que el mandatario evoluciona "muy bien", mientras que una fuente cercana manifestó que el viernes hubo gran preocupación sobre su estado y las próximas 48 horas serán "críticas" para conocer el impacto del COVID-19 en su salud.

El doctor personal del presidente, Sean Conley, dijo hoy en rueda de prensa que el mandatario amaneció esta mañana con signos positivos en su recuperación, al no registrar fiebre, no requerir oxígeno y mostrarse activo y optimista desde la suite presidencial del hospital militar Walter Reed, a las afueras de Washington, donde fue trasladado ayer por la tarde.

Conley intentó presentar un panorama optimista y no quiso entrar en detalles sobre las razones que condujeron a la decisión de ingresar a Trump el viernes, menos de 24 horas después de que se hiciera público que había dado positivo por el COVID-19.

Según reveló a los periodistas acreditados ante la Casa Blanca una fuente familiarizada con la salud del presidente, sus "signos vitales en las últimas 24 horas fueron muy preocupantes y las próximas 48 horas serán críticas en lo que se refiere a su cuidado".

En opinión de esta fuente, el mandatario no está aún "en un camino claro hacia la recuperación", unas cautelas que también mostraron miembros del equipo médico del Walter Reed hoy en su rueda de prensa.

"Hemos comenzado las terapias avanzadas más temprano de lo que sucede en un paciente normal, pero por el momento es difícil decir en qué punto se encuentra (el presidente). Evaluamos la situación a diario: ¿Necesita estar aquí, qué necesita y hacia dónde va?", señaló Conley, quien recordó que Trump tiene factores de riesgo, como su edad (74 años) y un ligero sobrepeso.

Los médicos detallaron que vigilan muy de cerca las constantes cardíacas y de los riñones de Trump y que por el momento ambos órganos funcionan con normalidad.

Trump está recibiendo un tratamiento de cinco días con el antiviral Redemsivir de Gilead Sciences y el viernes le fue suministrado el cóctel de anticuerpos de la farmacéutica Regeneron.

Según Conley, el mandatario está de buen humor e incluso ha dicho que se siente capaz de abandonar el hospital hoy mismo, pero los doctores mantendrán su observación hasta asegurarse que no hay incógnitas sobre su evolución y se determine que puede recibir el cuidado y vigilancia que requiere desde la Casa Blanca.

CONFUSIÓN SOBRE LOS DETALLES

Conley dijo que Trump sólo presentaba tos y fatiga esta mañana del sábado, no necesitaba oxígeno suplementario y seguía trabajando con su jefe de gabinete, Mark Meadows.

No obstante, ante las preguntas de si Trump tuvo que recibir oxígeno ayer, Conley se limitó a decir que no lo ha necesitado hoy ni desde que llegó al hospital.

Según el diario The New York Times, el viernes, Trump comenzó a experimentar dificultades respiratorias y sus niveles de oxigenación en sangre cayeron, por lo que se le suministró oxígeno y se decidió que lo más apropiado era trasladarlo al hospital militar de Walter Reed, donde el mandatario recibe un cuidado más extenso y dispone de una zona de trabajo.

La primera dama, Melania Trump, permanece en la Casa Blanca y no muestra complicaciones, después de confirmarse que, al igual que su marido había sido contagiada con la COVID-19, que ha matado a más de 208.000 personas en Estados Unidos.

También existen dudas sobre si Trump mantuvo su agenda de compromisos el jueves pese a haber sido diagnosticado con COVID-19.

En la rueda de prensa de hoy, Conley señaló que han pasado 72 horas desde el diagnóstico, lo que significaría que Trump mantuvo un encuentro con un centenar de donantes en Bedminster (Nueva Jersey) a sabiendas que estaba contagiado.

La Casa Blanca corrigió posteriormente las referencias temporales dadas por Conley y aseguró que se refería al "tercer día" y no a 72 horas.

Conley recordó que tras confirmarse el jueves por la tarde que la cercana asesora de Trump Hope Hicks estaba infectada con el nuevo coronavirus decidieron repetir pruebas para detectar el SARS-CoV-2. El doctor comenzó a detectar entonces "indicaciones clínicas" de COVID-19 y por la noche recibieron confirmación de un test PCR de que el mandatario había sido contagiado.

UN BROTE EN LA CÚPULA DEL PODER

El contagio de Trump, la primera dama y su asesora no es el único que ha afectado a la élite del poder en Estados Unidos y al menos tres senadores han dado positivo por la COVID-19.

Esto ha obligado al líder de la mayoría republicana de la Cámara Alta, el republicano Mitch McConnell, ha retrasar el regreso a las sesiones de trabajo dos semanas hasta el 19 de octubre, lo que pone en serio riesgo la posibilidad de confirmar de manera urgente a la nominada de Trump a jueza del Tribunal Supremo antes de las elecciones del 3 de noviembre.

Precisamente, en la presentación de Amy Coney Barrett, la candidata de Trump, el sábado pasado se reunieron 150 invitados en la rosaleda de la Casa Blanca sin distancia social y estrechando manos y dándose besos.

Al menos, siete personas y tres periodistas que asistieron a ese evento han dado positivo por la COVID-19, entre ellos los senadores republicanos Mike Lee y Thom Tillis, la exasesora presidencial Kellyanne Conway y el exgobernador de Nueva Jersey Chris Christie.

Se da la circunstancia añadida de que tanto Christie y el jefe de campaña de Trump, Bill Stepien, quien también ha sido contagiado de coronavirus, ayudaron a Trump a preparar el debate presidencial del pasado martes contra el rival demócrata Joe Biden, que ha dado negativo.

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