Cada 21 de septiembre se conmemora el Día Internacional por la Paz; todas las naciones del mundo están llamadas a fortalecer sus ideales por la misma. Viendo la paz como un producto espiritual de gran demanda, mucha oferta, sufre de agiotismo, ya que muchos falsos líderes ofrecen la paz como un producto para obtener beneficios personales.
El estado de tranquilidad y quietud es constantemente interrumpido por la guerra o violencia a todo nivel. Este sentimiento debe surgir de nuestro interior y debe ser alimentado día a día; no es solo quererla para nosotros sino para los que nos rodean si queremos vivir en un mundo donde reine la armonía, donde todos tengan las mismas oportunidades y respeto.
Mahatma Gandhi, conocido en la historia como el maestro de la paz, decía: “No hay un camino para llegar a la paz, sino que la paz es el camino para llegar a todas partes.” En Oslo, Noruega, en el año 1997, la UNESCO definió la paz como un derecho humano, inherente a la dignidad de todo ser humano y también como un deber. Hemos visto los esfuerzos de los colombianos por pacificar el país que ha vivido convulsionado por siglos; el mundo clama porque retorne la paz a Venezuela y a todas las naciones que viven en desasosiego.
Cuando nos abrazamos, damos un cálido apretón de manos, o una simple palmadita de aliento en la espalda, estamos dando y recibiendo paz. Ojalá que el mundo, las naciones, los pueblos y las familias sean contagiados por este sentimiento y al fin reine la paz entre nosotros, los humanos.
Dos grandes apóstoles de la paz, Mahatma Gandhi y Benito Juárez, nos enseñan el camino para contribuir a la paz con dos frases grandiosas: “La paz comienza con una sonrisa” y “El respeto al derecho ajeno es la paz”. Yo he decidido ser una embajadora de la paz, ¡hazlo tú también!
Recuerda: “Vivir no se posterga.” “El que ama protege”. Seguimos en Orden Divino. ¡Hasta un próximo encuentro!
Mi correo julianormarodriguez@ poder1110.com, Twitter.
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